“Lo mejor está por comenzar”. Es la última línea de parlamento que cierra este filme mastodóntico de 2 horas y media de duración y la que lo dice no es otra que Zendaya. La actriz y celebridad ícono para el público centennial que viene a aparecer realmente durante el último tramo del metraje, pero que en el resto aparece como una visión, como un sueño recurrente y sin mucho sentido para el protagonista de toda esta historia, Paul Atreides, personificado por el galán de multitudes, Timothée Chalamet. Y es que este relato abarca todos los relatos que conocemos, o quizás sea el que dio inicio a todo. Lo que el autor Joseph Campbell llamó “el viaje del héroe” y el “héroe” entendido como “el elegido”, quien tiene un propósito que hasta antes de ser revelado, lo desconoce. Un desafío casi siempre altruista, superior, que conlleva sacrificios y pérdidas. Después de tres trilogías de Star Wars y la célebre de El Señor de los Anillos, incluso las de Harry Potter, lo cierto es que todas se tratan más o menos de lo mismo.
Sin embargo, el recorrido de Dune, original de la novela de Frank Herbert y que publicó en 1965, es distinto por lo complejo, intrincado y fallido. Estuvo en la mente de Alejandro Jodorowsky con el propósito de llevarla a la pantalla y pese a que hay bosquejos de esa idea, nunca se concretó. Pero lo hizo David Lynch, ni más ni menos, con David Bowie como el protagonista, pero en una adaptación que hasta el propio director ha dicho sentirse avergonzado.
Faltaba hacerle justicia a este relato que mezcla muchos simbolismos, que habla sobre lo femenino y lo masculino, la dicotomía entre la fuerza y la intuición, de la racionalidad y la emoción, del bien y el mal; pero también una historia que habla acerca de superar los miedos y quizás lo que la hace tan actual: es un relato sobre un recurso natural escaso y valioso, que busca ser protegido por un lado y por otro, ser comercializado de la manera más feroz.
Esta historia de la familia Atreides que, designados por el Emperador deben hacerse cargo del planeta Arrakis, el cual produce una sustancia vital pero muy escasa que llaman “especia”, una suerte de petróleo con LSD que a manos de los Harkonnen ha sido comercializada de forma escandalosa, y este chico, Paul (Chalamet), hijo del Duque Leto (Oscar Isaac) y de Lady Jessica (Rebecca Ferguson), que a su vez es una suerte de adivina y aprendiz de sacerdotisa, que le ha enseñado a su hijo desde pequeño estas artes alejadas de la fuerza y la racionalidad que encarnan su padre y todo el ejercito que tiene detrás del que destacan los personajes de Josh Brolin y Jason Momoa, que resultan ser una suerte de entrenadores y mentores del joven Paul.
Esta Dune dirigida por el canadiense Denis Villenueve (Arrival, Blade Runner 2046) y musicalizada de manera portentosa por el gran Hans Zimmer, es una opera grandilocuente cargada a la paleta de colores tierra -no olvidemos que gran parte de la película sucede en un planeta que es un desierto-, una producción colosal que llama profundamente la atención por su arquitectura magnífica: las naves son verdaderas obras de ingeniería posadas en el cielo-. Es una película que cumple con todas las expectativas, de esos espectáculos del cine más clásico que solo tienen sentido si se disfrutan frente a la pantalla más grande que se pueda concebir, idealmente en el cine, ojalá en la sala IMAX que en Santiago está en el Hoyts de Plaza Egaña. Un filme de aventuras para un público más adulto, que se toma todo el tiempo del mundo en presentar a sus personajes y los conflictos y que en el último tercio echa a andar toda la munición de persecuciones, explosiones y velocidades que, de alguna u otra forma, esperamos de una película de este tipo. Así y todo, se trata de una superproducción pero cuya premisa única y principal no es la entretención fácil tipo Marvel, en este sentido Villenueve sabe que entre manos tiene una obra colosal y que se toma en serio a sí misma (quizás demasiado a ratos). Finalmente, y por si fuera poco, se trata de un relato futurista -del que solo estamos viendo la primera parte-, con una dirección de arte soñada y que conmueve por su grandiosidad. Desde este jueves 21 en todos los cines del país.