El rey Carlos III estaría visiblemente molesto por el escándalo de espionaje chino que ha involucrado a su hermano, el príncipe Andrés. Según múltiples fuentes, la paciencia del monarca parece estar llegando a su límite.
Todo esto frente a las acusaciones que señalan al duque de York, de 64 años, por sus relaciones comerciales con un ciudadano chino, quien presuntamente sería un espía.
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Un amigo cercano al palacio le reveló a The Daily Beast que la paciencia del rey se está “agotando” ante estas acusaciones. “Él ha apoyado a Andrés durante muchos años, pero todos tienen sus límites“.
“No puedo imaginar al Rey queriendo caminar hacia la iglesia con alguien que era amigo de un espía chino“, comentó la fuente, refiriéndose a los planes de la familia real para el Día de Navidad en Sandringham.
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De acuerdo con a The Times, el empresario de 50 años, señalado como espía, cuyo nombre no ha sido revelado, había sido nombrado “asesor comercial” por Andrés y se le prometió acceso a los niveles más altos de la familia real.
Esta relación supuestamente comprometió la seguridad nacional en una “grave violación”. En los dispositivos electrónicos del hombre se encontró una carta enviada por un asesor del duque.
En ella, se le aseguraba al supuesto espía que él era uno de los confidentes más cercanos de Andrés y que se encontraba “en la cima de un árbol en el que muchas, muchas personas quisieran estar”, según informó la BBC.
Además, se descubrió que el hombre tenía un documento de una reunión que parecía indicar que Andrés estaba en una “situación desesperada y se aferraría a cualquier cosa”, según The Times.
A pesar de este escándalo, Andrés y Fergie, junto con sus hijas, la princesa Beatriz y la princesa Eugenia, y sus respectivas familias, están convocados a la reunión anual de Navidad de la familia real en Norfolk este mes.