Las videollamadas han generado nuevos desafíos a partir de que más de un 80% de las personas autorrechaza su imagen. “Por el uso de pantallas se ha visto un incremento en la consulta por temas faciales”, cuenta el doctor Alejandro Ramírez, cirujano plástico especializado en microcirugía reconstructiva y cirugía facial.
Las cifras muestran que, tras la pandemia, el aumento en el uso de las videollamadas como medio de comunicación impulsó un alza en la demanda de cirugías estéticas de rostro. Bien lo sabe el doctor Alejandro Ramírez, formado en la UC: “Por el uso de pantallas se ha visto un incremento en la consulta por temas faciales”, cuenta el especialista con perfeccionamiento en hospitales ligados a Harvard en Estados Unidos y en el Chang Gung Memorial Hospital de Taipéi, Taiwán, considerado “la meca” de la Microcirugía Reconstructiva Facial y Cirugía Craneofacial en el mundo.
Un 82,7 por ciento de los pacientes dice sentirse más disgustado que nunca con su apariencia en pantalla, según un estudio publicado en International Journal of Women’s Dermatology. La investigación acuñó el concepto “autorrechazo en cámara” para describir por qué, tras el uso de las mascarillas, las personas se han vuelto más conscientes de su rostro, volviendo más visibles aspectos a los que antes no se prestaba tanta atención y centrándose cada vez más en lo ojos. Así se explica, por tanto, el aumento que el doctor Ramírez constata en procedimientos de rejuvenecimiento facial como en lifting y otros procedimientos como la blefaroplastia o cirugía de párpados que le toca atender.
Sin embargo, el especialista apunta a que en su proceso de acompañamiento a los pacientes es muy importante acotar las demandas que ellos traen desde los alcances éticos de la profesión. “Este fenómeno partió con la moda de las selfies hace algunos años, y lo que se veía era que algunos de los teléfonos más antiguos, e incluso todavía algunos de los modernos, deforman un poco el rostro cuando se está en una videollamada o si se toma una selfie desde muy cerca. Se tiende a ver lo que se llama un efecto Snoopy, como la caricatura. Donde las orejitas se ven más pequeñas y la nariz más grande de lo normal”, explica.
–¿Cuál es el procedimiento que tiene más demanda hoy?
–Cada persona es distinta, pero en general diría que ha ido aumentando el antiaging o tener el rostro más fresco, más descansado, con el agregado de una mejor estética. Ya no es sólo querer verse 10, 20 o 30 años más joven, sino que también dicen “me quiero ver más linda”. Entonces hay algunos procedimientos que le puedes agregar a un lifting facial convencional, que hacen que un rostro quede más armónico.
–¿En qué consisten esos agregados?
–Por ejemplo, en un lifting tradicional, el objetivo principal quirúrgicamente es echar el tiempo atrás. Verse más joven. Punto. Pero cuando lo que se está buscando es verse más lindo o más linda podemos aplicar por ejemplo una rinoplastia sutil de ser necesario y una técnica que aprendí en Taipéi que se llama microlipoinyección facial, que en el fondo es inyectar unas pequeñas gotitas de grasa de la misma persona, lo que no genera inflamación como otros inyectables y logra resultados extremadamente naturales en zonas estratégicas: surcos de la cara, los pómulos, zonas de la frente o la sien. El nivel de belleza de ese rostro, la lozanía que se gana al recuperar volumen, es de verdad conmovedor.
–¿La clave es lograr un cambio notorio pero armónico?
–Claro. Porque una persona que quizás nunca en su vida tuvo muchos pómulos, en esta cirugía con estas microgotitas de grasa, logro dárselos. Y ese efecto es mucho más potente que sólo un lifting. O si tiene un mentón muy pequeñito o muy corto, lo perfecciono. Todos los pacientes lo agradecen un montón, porque son cambios que quizás quisieron toda su vida, incluso cuando eran jóvenes, y que por fin pueden lograr con la naturalidad de que es su propia grasa que se reubica. Esta es la naturalidad que yo busco: que un paciente que ha sido operado por mi tenga un cambio evidente, que sea notorio, pero que no se vea artificial. Es una búsqueda casi obsesiva: belleza y naturalidad anatómica en mi cirugía.
Miguel Ángel Buonarotti, el artista del Renacimiento que fue capaz de imaginar al David que derrota a Goliath como un gigante de siete metros es todo un referente para el doctor Alejandro Ramírez, quien enfrenta la cirugía plástica como el arte de transformar y esculpir la belleza humana:
“Mi conexión con la cirugía plástica estética como una manifestación artística se origina en una profunda pasión por el arte y la creatividad que ha sido parte de mi vida desde una edad temprana. Desde mis años de formación médica, siempre me atrajo la idea de fusionar la ciencia médica con la estética y la capacidad de transformar vidas a través de la belleza”, explica el doctor Alejandro Ramírez.
La Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva es un área en constante evolución y el doctor Ramírez no sólo ha demostrado estar a la vanguardia de las últimas técnicas y procedimientos, sino que también ancla su práctica de avanzada con una mirada arraigada en los cá- nones estéticos de armonía renacentista, la etapa más creativa del arte occidental. “Cuando me adentré en el mundo de la cirugía plástica estética, rápidamente percibí que era mucho más que una disciplina médica.
Era una forma de esculpir una pieza de mármol y dar vida a la belleza en el cuerpo humano de una manera que recordaba quizás a un escultor trabajando en una obra de arte. Cada paciente se convierte en una obra única, con sus propias características y deseos, y mi tarea es realzar esa singularidad de manera armónica y auténtica”, explica el doctor.
Así, con la misma mirada sensible que hacía que Miguel Ángel corriera antes de cada amanecer a ver cómo los primeros rayos diagonales del sol atravesaban el bloque de mármol en que esculpiría al David para descubrir -en sus luces y sombras- las vetas que definirían los volúmenes de su obra, el doctor Ramírez se aproxima a quien lo llega a consultar.
“De mi educación en Oriente aprendí a valorar la importancia de darle tiempo a los procesos”, comenta. Y explica: “Allá el Año Nuevo se vive por varios días, no como en Occidente donde es sólo un día. Esa aproximación yo la traslado a la cirugía plástica estética, pues para mí no es un evento, es un proceso. Es ir a conocer al doctor que te gusta, que te evalúen bien, tener el feeling, luego viene la cirugía, que es un momento donde pienso ‘a este paciente lo he operado mil veces” porque en mi mente ha sido así. Y, bueno, luego viene la recuperación, etcétera. Y eso es super importante que los pacientes lo entiendan. Sobre todo hoy en día, donde la mayoría de los pacientes quiere lograr un cambio máximo en el menor tiempo posible”.
“Este enfoque artístico ha ampliado mi perspectiva y ha enriquecido tanto mi práctica como mi relación con los pacientes. Me permite ver más allá de las características físicas y trabajar en colaboración con mis pacientes para lograr resultados que no solo transformen sus apariencias, sino también sus vidas”, concluye. .
Más información y contacto en la página web dralejandroramírez.cl
Según cuenta del doctor Alejandro Ramírez, otro de los procedimientos más demandados en el último tiempo es la cirugía que elimina el exceso de piel en los párpados caídos o blefaroplastia. Sin embargo, frente a este aumento el profesional tiene una visión crítica sobre cómo está siendo manejada a nivel de expectativas de los pacientes y a nivel de práctica de parte de cuerpo médico.
“El problema es que hay un porcentaje de pacientes debe ser de un 10% o 20% que efectivamente necesita sólo blefaroplastia”, opina. En su aproximación profesional, que busca armonizar la anatomía del rostro con naturalidad, intervenir sólo los párpados dejando el resto del rostro intacto genera un aspecto que se aleja de la idea de belleza que él busca conseguir. “Cuando operas los párpados la mayoría de las personas necesitan intervenirse también las cejas, ya que tanto a los hombres como a las mujeres, con los años, se nos caen las cejas. Y evidentemente se van acercando al párpado superior o al ojo. Entonces, si sólo se interviene el párpado el ojo se va a ver más chico y se va a ver poco armónico, raro”, afirma.
La propuesta del doctor Ramírez es un procedimiento llamado Lifting Endoscópico Frontal, que a través de unas pequeñas incisiones en el cuero cabelludo introduce una cámara de 5 mm debajo de la frente para despegar las cejas y reposicionarlas más arriba. “Hay gente que lo considera como un Bótox permanente”, dice el doctor. “Pero incluso es mejor, porque el bótox solo permite levantar la cola de la ceja, pero no la cabeza, que es la que está más cerca de la nariz. En cambio, esta cirugía sí te permite levantar la ceja de forma armónica. Cuando haces un lifting endoscópico frontal, el ojo cambia del cielo a la Tierra y permites que la cirugía de párpados sea menos invasiva, lo que es muy bueno porque se disminuye la probabilidad de complicaciones y es más fácil lograr un resultado estético y natural”.