Hace un año, Donald Trump lanzaba fuertes declaraciones contra el príncipe Harry, acusándolo de haber “traicionado a la reina”. “Si dependiera de mí, estaría solo, no lo protegería”, dijo en una entrevista con el Express.
Además, advirtió que, si el duque de Sussex había mentido en los documentos para obtener su visa estadounidense, “se tomarían medidas apropiadas”. Sin embargo, las cosas han cambiado.
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En una reciente conversación con el New York Post, Trump moderó el tono y dejó en claro que no tiene intención de tomar represalias contra Harry, a pesar de los rumores sobre su posible ocultación de consumo de drogas.
“No quiero hacerlo”, declaró. “Lo dejaré en paz, ya tiene suficientes problemas con su esposa”. Eso sí, no perdió la oportunidad de lanzar un dardo directo contra Meghan Markle: “Es terrible”.
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El expresidente también tuvo palabras amables para el príncipe William, a quien conoció en un encuentro privado en París durante la reapertura de la catedral de Notre-Dame el pasado diciembre.
“Creo que es un buen tipo”, comentó. Una postura que contrasta con la tensión que ha mantenido con Harry y Meghan, quienes en el pasado han sido críticos del magnate, con la duquesa describiéndolo como “divisivo” y “misógino”.
Mientras Trump suaviza su postura, Harry y Meghan continúan con sus compromisos públicos. Recientemente fueron vistos en Vancouver, Canadá, durante la ceremonia de apertura de los Invictus Games 2025.
Las imágenes de la pareja, parecen desmentir los persistentes rumores sobre una crisis matrimonial. Desde el discurso inaugural hasta su presencia en las gradas y un partido de hockey, los Sussex demostraron que siguen siendo un equipo tanto dentro como fuera del escenario oficial.
