Revista Velvet | Diane Keaton: Del rechazo de Al Pacino a un amor imposible con Jack Nicholson
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Diane Keaton: Del rechazo de Al Pacino a un amor imposible con Jack Nicholson

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Diane Keaton: Del rechazo de Al Pacino a un amor imposible con Jack Nicholson

POR equipo velvet | 10 septiembre 2023

La reconocida actriz estaba lista para seguir adelante con todos los compromisos juntos a Al Pacino, sin embargo, no sucedió. Y luego conoció a Jack Nicholson, quien se convirtió en una persona muy importante.

Diane Keaton suele decir que se puso objetivos inalcanzables en su vida, sobre todo, cuando se trata de sus relaciones. Desde las amorosas a las familiares, todas se vieron afectadas y así lo relata en sus memorias, Then Again (“Entonces otra vez”). 

Diane Keaton es definitivamente una de las actrices más carismáticas y queridas de Hollywood, y con basta experiencia en matrimonios debido a sus infinitas comedias al respecto. Pero confiesa que es bastante introspectiva, por lo que vio la necesidad de reflejar en sus papeles muchos de sus procesos personales. 

En cuanto a esos objetivos imposibles, se encuentran sus grandes amores. No es casual que su libro se titule Then Again. Esto, porque repasa el pasado, pero con una mirada actual para conocerse y no repetir ciertos patrones. Entre ellos, formar vínculos con hombres emocionalmente inmaduros, como fue el caso de Warren Beatty, de quien Diane se enamoró a fines de los 70, antes del estreno de Reds. Y la que la llevó a tener que lidiar con esos problemas en una relación. De acuerdo a la actriz, Beatty mostraba interés en debatir con ella proyectos laborales, hasta que en una Navidad cambió el tema de la conversación y comenzaron una relación sentimental “imposible de manejar”.

La actriz sabía perfectamente cómo Beatty se relacionaba con las mujeres, y no quería sufrir. “Era inteligente y completamente hermoso, no sé cómo pensé que iba a controlar todo lo que me pasada. No fue verdad: me enamoré y me volví a enamorar por mucho tiempo desde la primera vez, era un sueño hecho realidad”.

En un momento, sus personalidades empezaron a chocar con frecuencia y decidieron alejarse. “La ruptura no tuvo que ver con nuestras circunstancias sino con nuestro carácter”, dice la actriz. “Éramos muy distintos. Él era el ‘Príncipe de Hollywood’ y todo el tiempo había rumores de sus conquistas, pero mi perfil era otro”, remarca sobre un hombre al que define como irreal, hasta que descubrió cómo muchas mujeres habían sido “humilladas” por Beatty.

“No quería caer en esa trampa, pero lo que no sabía es que una vez que Warren te ilumina, no hay forma de volver atrás”, reveló. Con el tiempo, lograron convertir el vínculo amoroso en una profunda amistad. Tal como sucedió con casi todas sus exparejas, a excepción de Al Pacino.

Al Pacino y el deseo no correspondido

Se conocieron en un ensayo improvisado para la primera entrega de El padrino. Francis Ford Coppola quería que Keaton y Pacino conversaranantes de interpretar a Michel y Kay. “Nos habían dicho que teníamos que hablar y yo estaba nerviosa, él era una estrella de Broadway”, recuerda la actriz en su libro. “Lo que más me llamó la atención fue su nariz, era tan larga como un pepino y luego la manera incesante en la que se movía, parecía nervioso también. No me acuerdo hablar del guión, solo de mirar su rostro extraordinario“, aseguró Keaton, quien en ese momento estaba en pareja, al igual que su colega.

Entre 1972 y 1990, se estrenaron la tres entregas de El padrino, pero también una amistad que fue mutando en un amor que la actriz nunca pudo olvidar. Se acercaban y se alejaban, empezaban otras relaciones, pero siempre volvían. El magnetismo era tan fuerte, que Keaton, quien no creía en el casamiento, le propuso matrimonio a Pacino, quien la rechazó en ese instante.

Diane Keaton sufrió mucho por el actor y lo define como el “gran amor de su vida” y la persona que no pudo tener. Con el tiempo, supo entender que el actor era otra de esas metas inalcanzables que se había puesto. Y que se había engañado a sí misma al no querer verlo.

“Parecía haberse criado con los lobos”, recuerda la actriz en el libro. “O te casas conmigo o al menos contempla la posibilidad”, le dijo Keaton en pleno rodaje. Pero la respuesta no fue la esperada. “Nunca quiso casarse conmigo y yo nunca paré de insistir. Teníamos un patrón de ruptura muy predecible, pero Al nunca fue mío. Pasé veinte años perdiendo a un hombre que nunca tuve, él no quería casarse: quería una salida“, destacó.

La separación definitiva fue angustiante para Keaton. Y si hoy la vemos con sus sweaters de cuello tortuga, es porque hay una razón. “Después de Al, me puse una coraza, me puse más sombreros, poleras y camisas siempre de mangas largas, chaquetas en verano, botas con medias y bufandas en la playa”, escribe sobre el look en  Alguien tiene que ceder, el largometraje de Nancy Meyers por el que fue nominada al Oscar, donde formó una inolvidable dupla con su “amor platónico”, Jack Nicholson.

Jack Nicholson, un amor que le cambió la vida

La película de Nancy Meyers cobró un gran significado para la actriz, quien recibió un Globo de Oro en 2004 cuando parecía que Hollywood le había dado la espalda.

En el film, Keaton interpreta a Erica Barry, una dramaturga que se enamora del novio de su hija, Harry Sanborn, personificado por Jack Nicholson, un productor discográfico que se cree joven, y que también se termina enamorando de Erica. Además de asumir los “achaques” de la edad. “Nancy me dijo que Jack iba a interpretar a mi novio en una película y yo le dije que no había forma, que estaba loca, que él jamás iba a querer hacer una chick flick conmigo”, dice la actriz.

Alguien tiene que ceder rompía con los estereotipos, con una protagonista de 56 años que se enamora de un hombre de 63, tenían sexo, citas, y problemas de comunicación. Para la actriz, la experiencia fue memorable, pero en gran medida gracias a Jack Nicholson.

“Él me sorprendía completamente, en una escena teníamos que entrar a la casa en plena lluvia y besarnos. Para mí, Diane, el beso fue un recordatorio de algo perdido que de repente había encontrado. Cada vez que lo besaba me olvidaba de la letra y tenía que pedir disculpas. Honestamente no sabía qué era lo que me estaba pasando. Lo único que sí me acordaba era de que tenía que besar a Jack”, compartió.

Así, surgió un enamoramiento platónico e imposible, que derivó en una amistad, una que había empezado hace años, en Reds. Por otro lado, la actriz se sorprendió cuando, dos años después del estreno del film, le llegó un cheque de Nicholson con un porcentaje del sueldo que había cobrado por la película. Jack había recibido un sueldo más alto que ella.

“Por los besos con Jack y por ese porcentaje, Alguien tiene que ceder es mi película favoritas de todas las que filmé”, asegura. Agradeciendo también a Nancy Meyers por la posibilidad de lucirse en un rol que recuerda a Nora Ephron, con quien Diane colaboró en la comedia No nos dejes colgadas.

En un momento, Keaton hizo a un lado las metas y empezó a disfrutar de sus hijos, Dexter, adoptada en 1996, y Duke, quien llegó a su vida en 2001. Desde entonces, se preocupó del aquí y ahora. “La maternidad cambió mi vida por completo, me volvió más humilde, me sacó del centro, lo único que quiero es estar cerca de ellos y aprovechar el tiempo”, escribe la actriz de 77 años. “Ya no me imagino casándome, la idea de que si no te casas con nadie vas a estar en la ruina es ridícula, todas esas presiones alrededor de los vínculos lo son”.

Por su parte, la actriz revela que las ganas de ser madre despertaron cuando murió su padre. “En ese momento pasaron muchas cosas en mi vida que me llevaron a decidir ir por la adopción. Mi padre estaba enfermo y murió y terminé una relación. Por eso tuve que analizar cómo seguía con el resto de mi vida”, manifestó, recordando un episodio de juventud que la marcaría hasta el día de hoy. “En la secundaria, un chico me dijo: ‘Algún día vas a ser una buena esposa para un hombre’, y recuerdo que pensé: ‘¿Quiero yo eso?’’ No creo que quiera que mi papel en la vida sea el de una buena esposa”.

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