Revista Velvet | De Carrie a Emily: estas son las mejor vestidas en la historia de las series de televisión
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De Carrie a Emily: estas son las mejor vestidas en la historia de las series de televisión

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De Carrie a Emily: estas son las mejor vestidas en la historia de las series de televisión

POR Carlos Loyola Lobo | 14 abril 2022

De las divas del cine ya se sabe bastante. Ya nos tocaba hablar de los referentes que han salido de la pantalla chica. Ese lugar tan recurrente y a la mano, que nos ha hecho soñar y servir de fuerte influencia. Pero esta vez hemos querido relevar no a las actrices sino a sus personajes. Desde Alexis Carrington de la mítica Dinastía, pasando por Kelly de Salvados por la Campana, hasta Rachel de Friends, a Carrie Bradshaw, cómo no. Y sí, también está la nueva heroína de las fashionistas de la generación Z: Emily (que siempre está “in Paris”). A la manera Velvet, estas son las mejores vestidas en la historia de las series de TV.

Rachel Green (Friends): Su estilo todavía es una referencia sobre la moda en los 90. Jennifer Aniston no solo le dio vida a Rachel Green, sino que también nos ayudó a vestirnos a lo largo de la era Y2K. Rachel era una mujer con los pies bien puestos sobre la tierra, que además, contaba con un encanto único. Su corte de pelo de niña buena y su divertida personalidad, cada episodio nos hizo obsesionarnos con la pasión de Rachel por los vestidos tipo lencería, las minifaldas y los pantalones amplios.

Villanelle (Killing Eve): El vestuario de Villanelle (Jodie Comer) en Killing Eve impacta tanto como su arriesgado personaje. Erdem, Dries Van Noten o Miu Miu han firmado sus looks icónicos. Desde un pijama azul con estampados de cómic de superhéroes hasta artículos vintage o la exclusividad de los diseños firmados por marcas como Chloé, Yves Saint Laurent, Isabel Marant o Alexander McQueen. El armario de la asesina más irresistible de la televisión bien vale un lugar en esta lista.

Carrie Bradshaw (Sex and the city): Cómo no iba a estar en la lista. La periodista mejor pagada del mundo, capaz de guardar bolsos Fendi en su horno ante la falta de espacio en su armario costeados gracias a una columna sobre sexo, debe ser el emblema de esta lista.El personaje de Sarah Jessica Parker convirtió a la falda de tutú que usó en la secuencia inicial de créditos, en el símbolo de una época, aunque a Patricia Field, la encargada de vestuario de la serie original, le haya costado convencer al equipo que esa faldita que la encontró en un canasto de saldos por menos de cinco euros de que era lo más adecuado para presentar al personaje principal de esta ficción inolvidable en nuestras existencias.

Blair Waldorf (Gossip Girl): La jefa del estilo preppy llevó siempre mucho Chanel encima, una colorida colección de abrigos y los accesorios capilares más atrevidos para el personaje que personificó Leighton Meester en la serie que analizaba los dramas de los pobres niños ricos del Upper East side neoyorquino.

Alexis Carrington (Dinastía): posiblemente esta sea la mala malísima más estelar que ha parido una ficción televisiva. Alexis Carrington, interpretada con maestría por Joan Collins, tenía los mejores sombreros para amargar cualquier esperanza o ilusión inocente que se preciara.

Kelly Kapowsksi (Salvados por la Campana): fantasía erótica de los adolescentes en los 90, la chica linda buena y algo inocentona de Salvados por la Campana interpretada por Tiffani Amber Thiessen era también la reina del crop top, los estampados florales y las chaquetas de mezclillas como aliado indiscutible.

Claire Underwood (House of Cards): terminó siendo más despiadada que su marido Frank, y es que Robin Wright tuvo que además tomar el mando y cerrar esta historia después que Kevin Spacey hubiese caído en desgracia. El personaje de primera dama fría, distante y calculadora, devenida en Presidenta de la República de los EE.UU, siempre fue un ícono fashion con su estilo sobrio, elegante y sensualidad minimalista, que se transformó en modelo para las mujeres profesionales con su look femenino, sobrio y empoderado.

Emily Cooper (Emily in Paris): no es casualidad que el estilo tan ecléctico, inverosímil, recargado y a veces al borde del ridículo nos haga recordar a la mejor época de Carrie Bradshaw. Y es que Patricia Field, la encargada de vestuario de Sex and the City no quiso unirse a la continuación de la serie de las chicas de Manhattan en And Just Like That porque estaba muy contenta como ama y señora en Emily in Paris, donde está construyendo al nuevo ícono de las generaciones de hoy, la del personaje de Lily Collins, que deslumbra más de una vez con sus atuendos, en cada uno de los capítulos que hemos visto y que la convierten en un placer (para nada) culpable.

Serena Van Der Woodsen (Gossip Girl): A estas alturas no sabemos cuál de las dos era la verdadera protagonista. Si Blair o Serena. Ambas tienen su club de fans pero la polémica por el protagonismo de la serie la dejaremos para otro capítulo. Pero Serena representaba a la it-girl de la Gran Manzana, y es por esa razón que los diseñadores le daban prioridad para adquirir los últimos modelos de la temporada y tenían una relación cercana. Tan cercana que Blake Lively terminó siendo íntima del inolvidable Karl Lagerfeld. Sus looks la convertían en la mejor vestida del lugar. Siempre elegía outfits que combinaba con joyas y zapatos que la hacían ver de ensueño. Harto morado y sobre todo dorado. Serena Van Der Woodsen era un espectáculo.

Midge Maisel (The Marvelous Mrs. Maisel): La diseñadora de vestuario Donna Zakowska lidera un equipo de al menos 25 personas que visten a los personajes principales y a los cientos de extras de esta serie en tono de comedia, ambientada en los años 50 y que es una delicia de ver, en buena parte por el vestuario y la dirección de arte que se concentra en el estilismo deslumbrante de su protagonista, interpretada por Rachel Broshanan, que en un solo capítulo puede llevar más de cinco outfits distintos, todos deslumbrantes, una fantasía retro por donde se le mire. Y fíjese que no ha sido todo color de rosa, porque uno de los accesorios más difíciles de llevar es la ropa interior, que tiene que ser encorseteada y ajustada al cuerpo. Incluso para los extras.

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