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Elvis Presley es el segundo artista más exitoso de todos los tiempos, con 1000 millones de discos vendidos en todo el mundo después de Los Beatles. Ganó 94 singles de oro y más de 40 álbumes de oro. Tan grandes como sus triunfos, fueron sus excesos.
Al momento de su muerte, el intérprete de Suspicious Minds, Can’t Help Falling in Love, Burning Love y Trouble, padecía glaucoma, hipertensión arterial y daños en el hígado, producto del abuso de drogas. Su corazón tenía el doble de su tamaño normal (530 gramos), además de una ateroesclerosis significativa en sus vasos coronarios, aorta y arterias cerebrales.
Hoy, el ídolo de masas vuelve a estar en la noticia. Su vida ha sido retratada en pantalla grande a través de un gran espectáculo musical dirigido por Baz Luhrmann. Y que por estos días colma las salas de cine de nuestro país con funciones repletas y que también ha sido rotundo éxito en las carteleras del mundo.
El actor Austin Butler se preparó durante todo un año para darle voz, cuerpo y alma al ídolo del rock and roll. La idea de representar a Elvis le provocó un ataque de pánico al actor. Pero Rami Malek, ganador del Óscar por interpretar a Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody, lo ayudó.
Rami le dio un consejo que fue vital, “detallar cuál es tu alma y su alma y hacerlas colisionar, para crear algo nunca visto”. El film abarca dos décadas de la estrella, sus inicios, la gloria y la decadencia del Rey del Rock, quien murió a sus 42 años. Tom Hanks, ganador del Oscar, encarna al polémico manager del artista. Y aunque este se titule Elvis, también es la historia del coronel Tom Parker, quien según Luhrmann es “nuestra entrada, nuestro narrador, y uno poco fiable”, pero no por eso deja de ser fascinante.
La historia de Elvis se ve a través del prisma de su complicada relación con su enigmático representante. Tom Hanks, quien lo encarna, no aumentó de peso, aunque así lo parezca; su impresionante transformación física es producto del trabajo del equipo de maquillaje y peluquería. Se afeitó la cabeza y se sometió a las manos de un equipo y estuvo encantado de complacerlos.
La historia se adentra en la compleja dinámica entre ambos a lo largo de 20 años. Desde el ascenso a la fama de Presley hasta su éxito sin precedentes. En medio de ese viaje está una de las personas más significativas e influyentes en la vida del Rey, Priscilla Presley, interpretada por la joven actriz Olivia Dejonge.
Elvis Aaron Presley, nacido en Tupelo, Missisippi, el 8 de enero de 1935 y falleció en Memphis, Tennessee, el 16 de agosto de 1977, de un infarto agudo de miocardio. Cuando tenía trece años, se mudó junto a su familia a Memphis, en Tennessee, donde en 1954 comenzó su carrera artística cuando el dueño de Sun Records, Sam Phillips, vio en él la manera de expandir la música afroamericana. Pese a su enorme éxito en todo el mundo, Elvis salió sólo una vez de gira internacional en 1957, cuando se presentó tres días en Canadá. Esto se debe a que su manager, Tom Parker, era un inmigrante ilegal holandés, que podría ser deportado si pedía un pasaporte estadounidense.
El legado del artista es innegable: fue el primer músico en bailar de forma desenfrenada en el escenario y logró derribar las barreras raciales que existían en la época, al comercializar el género del rock and roll, creado por Chuck Berry y orientado especialmente a los afroamericanos en los 50’s y lo convirtió en algo revolucionario para la época.
En la ficción, Austin Butler obtuvo el papel de Elvis al enviar un video suyo tocando el piano y cantando Unchained Melody, que Presley versionó en 1977 y que aparece en la banda sonora de la película. El actor trabajó con la entrenadora de movimiento Polly Bennett, para encarnar la fisicalidad del personaje que estaba representando. Bennett trabajó en Bohemian Rhapsody, en la última de la saga James Bond, No Time to Die, y en la popular serie de Netflix, The Crown. Durante la película, Austin Butler luce más de 90 vestuarios diferentes para retratar al ícono entre las décadas del 50 y del 70. La diseñadora de vestuario del filme y esposa de Baz Luhrmann, Catherine Martin trabajó con Prada y Miu Miu para crear los looks que usó Olivia Dejonge, como Priscilla Presley.
En el filme, parte de la acción tiene lugar en Beale Street de Memphis, Tennessee. La producción tardó 12 semanas en construir el set. Recrearon Graceland, tal como aparecía en la época. Mientras que el ganador del Oscar, Tom Hanks para transformarse en el representante de Elvis, se sometió entre tres y cinco horas diarias de maquillaje, peluquería y prótesis, dependiendo de la edad que debía tener el personaje durante el transcurso de la historia.
