Lisa Feldman Barret, neurocientífica de Harvard afirma que las noticias negativas engordan. ¿Es posible? De acuerdo a la experta, la incertidumbre influye en el metabolismo.
Consumir noticias negativas es parte de la rutina, y no precisamente por decisión propia. De cierta forma los medios parecieran haberse puesto de acuerdo en mostrar más de lo negativo que de lo positivo, y lo cierto es que nos afecta más de lo que creemos. Si eres de los que ha decidido no ver más las noticias, quizás estés haciendo algo bien por tu metabolismo.
Robos, estafas, guerras, portonazos, problemas económicos, crisis climática… Toda esa información genera un clima de incertidumbre, la que nos impacto a nivel de calidad de vida y salud. Así lo explica una experta mundial en neurociencia: la doctora Lisa Feldman Barrett. Quien además de se una de las científicas más citadas por sus revolucionarias investigaciones, es profesora en las universidades de Northeastern y Harvard y directora científica del Centro de Derecho, Cerebro y Comportamiento del Hospital General de Massachusetts.
Feldman afirma que el trabajo principal del cerebro es mantener el cuerpo vivo y funcionando metabólicamente de manera eficiente. “Tu cerebro coordina todo lo que ocurre dentro de tu cuerpo. Supervisa más de 600 músculos, equilibra docenas de hormonas, coordina los pulmones, el corazón y otros órganos, bombea sangre, digiere alimentos, combate enfermedades y mucho más. Para lograr esta hazaña, tu cerebro está constantemente prediciendo y adivinando lo que sucederá a continuación y lo que los sistemas de tu cuerpo deben hacer para prepararse”. Y agregó: “tu cerebro siempre está adivinando cuándo gastar y ahorrar recursos, ajustando su presupuesto durante el camino. Y, como todo inversor sabe, la incertidumbre es una de las peores variables de un presupuesto”. Entonces, la incertidumbre rompe con el orden del cerebro.
Bajo este contexto, la experta ha estudiado como el cerebro y el organismo lidian con esa información negativa que nos llega a través de los medios de comunicación. Y tras exponer a un grupo de personas a muchas imágenes o palabras diseñadas para sobrecargar sus sistemas nerviosos y activar la angustia, “se observaron cambios en los patrones de actividad cerebral. Se produjeron cambios en las regiones del cerebro donde se ubican los circuitos de lucha huida, los mismos que coordinan y regulan el sistema nervioso, el sistema inmunológico y el metabolismo”, explica la neurocientífica.
Esta carga sobre el sistema nervioso tuvo un efecto en el cuerpo. “Como resultado, observamos los latidos del corazón, el sudor de las palmas de las manos y el chorreo de cortisol de los sujetos de prueba mientras sus cerebros preparan sus cuerpos para actuar. A pesar de estar seguros y cómodos, el solo hecho de imaginar un evento desagradable puede provocar una tormenta electroquímica”, aclara Lisa Feldman.
Las noticia snegativas cambian tu percepción de la realidad y te obligan a vivir en estado de alerta. Por lo tanto, estamos pagando un precio por estar informados. Y esta sobreinformación negativa en medios y redes sociales, hasta en la cola del supermercado, tiene un efecto tal que “si no tienes cuidado, vives flotando en un mar de maldad que puede dejarte exhausto, con una sensación progresiva de fatalidad inminente, incluso aunque tu vida diaria no sea tan mala”. “Incluso aunque consigas evitar que tu estado de ánimo se vea afectado por las noticias negativas, tus experiencias de hoy siembran tu cerebro para lo que experimentarás mañana. Cuando estás inundado de noticias negativas, la embestida puede moldear tu visión del mundo, lo que te lleva a esperar malas noticias y actuar en consecuencia. Este proceso es gradual y sutil, no lo notas, pero se acumula con el tiempo”, agrega.
Ahora bien, una de las consecuencias que más llama la atención sobre consumir noticias negativas no es solo su efecto en el sistema nervioso, sino aquel en el metabolismo. En simples palabras, un entorno impredecible tienen costos metabólicos. “La incertidumbre da lugar a un estado de excitación fisiológica desagradable, lo que la mayoría de las personas, particularmente en culturas occidentales, etiquetan como ansiedad ilustrando un principio clave de su teoría de la emoción construida”.
El canal intestino-cerebro, en particular, es una vía clave para que la actividad metabólica influya en la salud mental. Y explica que “sufrir estrés en las dos horas posteriores a una comida hace que el cerebro y el cuerpo metabolicen lo que come de una manera que suma el equivalente a 104 calorías a la comida. Si esto sucede a diario, eso equivale aproximadamente a medio kilo extra al mes”, sentencia.