Luego de unos años de ejercer, Consuelo decide dejar la arquitectura y dedicarse por completo a sus dos pasiones: el yoga y la pintura. Y en 2015 se va a vivir a Viña del mMar donde consolida su carrera como artista. Desde entonces, ha participado en obras privadas comisionadas, además de exposiciones en Santiago y Viña del Mar. Actualmente muchas de sus obras son vendidas en las más importantes galerías en Estados Unidos.
Su trabajo se compone de colores brillantes, audaces, y trazo fuerte. En su afán de aprender a través de la experimentación ha incursionado en distintos estilos y técnicas, explica que: “El arte es un juego donde disminuye el ruido mental para escuchar los latidos de la conciencia”.
Hoy estudia plasmar “Volver a la esencia” evocando el juego suelto y libre de un niño. Y así trabajar con ese ser interno que no tiene límites, miedos, ni estructura y que solo juega, fluye y crea.