La exposición al sol es clave la para el metabolismo y fijación del calcio en nuestro organismo, además de influir en otros procesos. La falta de este puede tener diversas consecuencias para nuestra salud, de ahí el énfasis de los expertos en no olvidarnos de la vitamina D. 

En cuarentena no todos gozan de un jardín para poder tomar algunos minutos de sol, por lo que se vuelve esencial complementar la absorción de vitamina D desde la dieta. 

Su presencia es fundamental para el desarrollo de los huesos en los niños, así como también ayuda a reducir la pérdida de mineralización ósea y fijar el calcio en los huesos. Además, ayuda a estimular el sistema inmunológico, reduce el riesgo de enfermedades cardíacas,  ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer y a la mantención cognitiva a medida que envejecemos. Por lo tanto, además de extender los antebrazos al sol por algunos minutos todos los días, los expertos recomiendan comer ciertos alimentos para mantener los niveles de vitamina D.

Comer pescados azules, como el atún, sardina o salmón. Mariscos, champiñones, huevos (principalmente la yema) y lácteos enteros, el jugo de naranja, algunos panes y cereales.

Sin embargo, los expertos enfatizan que la mejor forma es exponerse directamente a los rayos UV. Es decir, a través de un vidrio no sirve. Son solo algunos minutos, desde tu balcón, cuando sales a pasear al perro o en la salida al supermercado. Y además complementas con una buena alimentación.