Una lluvia de corazones rojos cerró el desfile homenaje a Alber Elbaz, el diseñador que murió a los 59 años el pasado mes de abril. Un emotivo y grandilocuente homenaje donde participaron 44 grandes casas de moda y diseñadores como Pierpaolo Piccioli (Valentino), María Gracia Chiuri (Dior), pasando por Donatella Versace, Dries Van Noten a Ralph Lauren, quienes quisieron celebrar a uno de los grandes de la moda contemporánea. Un evento que cerró la Semana de la Moda en París en una mezcla perfecta de emoción, alegría y amor. Quizás los tres pilares fundamentales que marcaron la trayectoria y el carácter del talentoso diseñador israelí.
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Nacido en Casablanca en el seno de una familia muy humilde y criado en Tel Aviv, Elbaz fue elegido por Pierre Bergé como heredero de Yves Saint Laurent en 1998 tras haber ejercido como director artístico de Guy Laroche. Su gran éxito profesional llegaría con su llegada a Lanvin, firma que capitaneó durante 14 años (de 2001 a 2015) logrando revitalizarla gracias a sus diseños, siempre coloridos y de apariencia sencilla. “Él era moderno en su actitud de saber que lo más demodé era ser un snob”, afirmó la diseñadora Gabriela Hearst, que participó en el homenaje como directora creativa de Chloé. La champaña, los dulces, las papas fritas y las hamburguesas que los invitados al homenaje degustaron antes y después del desfile no hacen más que recordar la única forma que tenía Alber Elbaz de entender la moda y la vida: un disfrute delicioso.
Un espectáculo que congregó a los grandes nombres de la industria sobre la pasarela y entre el público. Una primera fila conformada por Iris Van Herpen, Daniel Lee de Bottega Veneta, Rick Owens, Anthony Vaccarello de Saint Laurent, Jean Paul Gaultier y Olivier Rousteing, de la casa Balmain, da cuenta del cariño que Elbaz despertaba en una industria que tiende al ego, la competencia y la frialdad. Como lo recordó su pareja, Alex Koo, él representaba lo contrario: “El amor trae amor. Ese era el mantra de Alber” y añadió, “estamos profundamente emocionados y agradecidos de poder celebrar y rendir tributo a nuestro querido Alber. Él se habría sentido increíblemente honrado por estar rodeado de sus colegas, compañeros, colaboradores, amigos y familiares. Se le habrían caído lágrimas de alegría y felicidad”.
Una gran pasarela donde muchos de los diseñadores quisieron reversionar sus creaciones y otros a incluir al mismo Elbaz estampado en sus creaciones, como de hecho lo hicieron Dries Van Noten o Ralph Lauren. Tampoco faltaron los que, como Anthony Vaccarello de Saint Laurent, quisieron homenajear el símbolo de Elbaz: su icónica humita que la llevó en su cuello la modelo Anja Rubik. Luego se presentó una colección póstuma creada por el equipo de Elbaz con la misma idea con la que fundaron el estudio: soluciones cómodas para todo tipo de mujeres centrándose en los tejidos. La última parte del show fue liderada por la célebre modelo Amber Valetta, llevando el uniforme del diseñador israelí y su forma de saludar al final de los desfiles, luego los 44 outfits elaborados por sus colegas y amigos, quedaron expuestos en un panel gigante en el que las modelos, dispuestas en celdas individuales, bailaban al ritmo de Love train de The O’Jays. Una fiesta alegre y con mucho amor en el aire.
