Hoy se estrena la tercera parte y final de Guardianes de la Galaxia. Una trilogía en tono comedia que ha encumbrado a Chris Pratt como uno de los actores más reconocidos en Hollywood, destacando en producciones como Jurassic World y Her. El actor, además, se caracteriza por tener un físico envidiable. Pero esto no fue siempre así.

Lo cierto es que hace unos 12 años, el actor lucía totalmente diferente, llegando  a pesar más de 100 kilos: “Tenía 31 años y estaba fatigado y emocionalmente deprimido. Tenía serios problemas de salud que me estaban afectando”, contó en una entrevista a la revista Men’s Health. Según cuenta en la entrevista, Pratt se presentó a una audición para el papel de un jugador de béisbol para la película protagonizada por Brad Pitt, Money Ball, sin embargo, aunque sintieron que había hecho un buen casting, encontraron que  “estaba demasiado gordo”.

Pero le dieron una chance: tres meses para ponerse en forma. En esa oportunidad, Pratt perdió 10 kilos y se quedó con el papel. En el 2014, el actor subió a su Instagram una fotografía en la que lucía su cuerpo con 18 kilos menos y gracias a esto Marvel se dio cuenta que habían encontrado al protagonista de la exitosa franquicia de Guardianes de la Galaxia.

Después de varias pruebas fallidas, llamaron a Pratt y para ese entonces, el actor había engordado un poco. “Tomaron una imagen del rodaje de Zero Dark Thirty y dijeron que estaba demasiado gordo para ser el papel de Star-Lord y que cuánto tardaría en lucir diferente. Me dieron cinco meses y medio. Hice lo que tenía que hacer”, comentó. Para este cambio, Pratt se puso en contacto con el entrenador fitness Duffy Gaver y el nutricionista Phil Goglia.

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Según contó el propio actor en ese entonces tenía que consumir pollo, carne, huevos, pescado y lácteos bajos en grasa. Además, disminuyó su consumo de carbohidratos y priorizó las verduras, frutas y cereales integrales. En cuanto a las grasas, cambió los fritos y productos ultra procesados por grasas saludables como el aceite de coco, de oliva, el de palta y los pescados grasos como el salmón. Sin embargo, algo que hizo gran diferencia en Pratt fue dejar el alcohol durante aquellos meses. Esto no solo por las calorías que aporta, sino también porque lo inducía a comer más y sobre todo comidas poco saludables.

Para perder peso y construir músculo, Chris Pratt trabajó con el entrenador Duffy Gaver, con quien entrenaba tres horas cada día, durante seis veces a la semana. Gaver en la revista Esquire, comentó que en un principio hacían ejercicio dos días con otros de descanso, pero con el tiempo fueron incrementando los entrenamientos y los días.