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Las fotos publicadas ayer en la última edición de la revista española ¡Hola! hablan por sí solas. Luis Miguel está enamorado. Feliz y con un nuevo look que ha dado para más de un comentario, el pasado 3 de agosto comenzaba su gira por Buenos Aires, la que continúa desde el próximo lunes 21 en el Movistar Arena de Santiago y, cuya primera parte terminará el 18 de diciembre en Guadalajara, sumando hasta ahí 66 presentaciones con más de 19 mil espectadores por noche.
En esta gira el Sol de México viene acompañado de quien le roba los sueños y los pensamientos: la empresaria y diseñadora Paloma Cuevas, que lo acompañará en todo el tour, no así sus hijos, quien por estricta decisión de su ex, Aracely Arámbula, no podrán acompañarlo esta vez.
Los aforos de los lugares en los que canta en este tour son multitudinarios y lo más curioso es que las entradas más caras son las que primero se han agotado. Los cálculos económicos de esta gira, según medios especializados, es que superaría los 155 millones de euros. Una cifra récord que muy pocos artistas de su perfil alcanzan en la actualidad.
Pero lo cierto es que la vida de Luis Miguel ha dado un cambio total desde que comenzó su relación con Paloma Cuevas, que no se hizo efectiva hasta que la diseñadora firmó su divorcio del torero Enrique Ponce. Hoy, Paloma la que cuida de sus padres y han sido ellos los que la animaron para que acompañara a Luis Miguel en esta gira mundial que ya sumó otra fecha en nuestro país: el 2 de marzo y se espera que sea en un recinto abierto (¿Estadio Nacional?).
Los que conocen al artista aseguran que con Paloma se han convertido en una pareja estable y totalmente feliz donde la familia de Paloma está totalmente integrada. Pero no así los hijos de Luis Miguel, Daniel y Miguel, que ahora tienen 16 y 14 años. Hace unas semanas el abogado de Aracely Arámbula, la ex mujer del Sol de México, lo acusaba de no haber pagado la pensión correspondiente a los tres últimos años. Precisamente es por esa deuda que la madre no facilita la relación del cantante con los adolescentes.
Del lado del intérprete dicen que Luis Miguel sí quiere estar con sus hijos. El problema es que la madre ha puesto como condición que ella debe estar presente en esos encuentros. Se podría entender esa postura cuando eran pequeños, pero ahora que son adolescentes no debiese ser una condición inhabilitante. Un dilema complicado para los menores. El cantante está esperando que sean ellos los que decidan.
En cuanto a los pagos de pensión alimenticia, Luis Miguel no tiene problemas económicos y no hay explicación razonable para negarse a transferir las cantidades acordadas por los abogados respectivos. En el caso de los representantes legales del cantante, aseguran que muchas veces no saben a qué cuenta bancaria hay que enviar el dinero. La información que deben recibir no siempre se ajusta a la realidad y eso crea problemas innecesarios y con consecuencias negativas que repercuten directamente en los hijos.
