Las rutinas de belleza pueden variar según tus productos favoritos o lo que tu piel necesite. Pero si hay un producto que no puede faltar es el agua micelar. ¿Por qué? El secreto está en su fórmula a base de micelas, moléculas capaces de atraer la suciedad y sebo del rostro, aislándola y transportándola a través del agua para eliminarla de la piel.  Además, las micelas actúan como emulsionantes y disuelve compuestos insolubles. Es decir, el agua micelar vendría siendo como un “tres en uno”, ya que además limpiar, tonifica e hidrata.

Los expertos coinciden en las propiedades del agua micelar, asegurando que desmaquillar y limpiar el rostro mañana y noche es un básico en cualquier rutina de cuidado facial. Eso sí, aclaran que es muy importante elegir el producto limpiador que más se adapte a las necesidades y tipo de piel de cada quien. Y en este caso, las aguas micelares resultan ser una excelente opción ya que son muy versátiles y tienen una excelente tolerancia a todo tipo de piel. Además, al ser un “tres en uno”, permite economizar tiempo y dinero.

Cómo aplicarla correctamente en 3 pasos

1.Debemos empezar por aplicar el producto en las zonas más sensibles y maquilladas, como los párpados o contorno labial, utilizando pétalos de algodón que no desprendan su material al pasarlo por la piel.

2.Luego debemos tratar el resto de la cara realizando varios pases con el producto hasta eliminar todo el residuo acumulado.

3.En el caso de las aguas micelares no es necesario lavarse la cara tras su aplicación, ya que son productos que ejercen la acción de tónico calmante y ayudan a equilibrar el pH de la piel. Ahora, si es en textura de gel, sí hay que aclarar la piel con agua tibia tras su aplicación.