Aunque es muy gratificante realizar deporte, hay algunos detalles que preferiríamos evitar. ¿Un ejemplo? Los molestos granitos que aparecen de vez en cuando tras una sudoración extrema, o una jornada de mucho esfuerzo físico.
Sin embargo, no es solo el sudor el que causa la aparición de estos granitos. Sino la combinación entre el sudor, la fricción y el calor que se produce al entrenar, causando una posible obstrucción de poros que es difícil de evitar.
En zonas como el escote, la espalda y el rostro, sobre todo ahora que además se suma el uso de la mascarilla, sin duda es una mezcla que puede terminar con malos resultados. E incluso aún más si ya existen problemas de base, que pueden empeorar.
Así, las sales en el sudor pueden irritar la piel, promoviendo y empeorando los brotes. Mientras que los irritantes como el polvo y la suciedad también tienen más probabilidades de adherirse a la piel húmeda, lo que obstruye los poros.
Entonces, ¿cómo evitar o prevenir los granitos post entrenamiento?
Sudar es inevitable. Sin embargo, siempre hay pequeños detalles que podemos tener en consideración. Uno de los principales y más efectivos es eliminar cualquier barrera que genere fricción, atrape el sudor y lo mantenga en la piel más tiempo del necesario.
O sea, a penas llegues a la casa, debes quitarte la ropa que llevaste al gimnasio, a correr o entrenamiento lo antes posible. Así como también evitar ir con maquillaje para que la piel pueda respirar.
Por otro lado, es esencial que te des una ducha a penas puedas. O al menos un lavado de rostro con agua tibia, ya que así evitas que las bacterias y la humedad se acumulen en tu piel.