Más de alguna vez, hemos esuchado el desafortunado comentario respecto que a la persona que anda de mal humor en el trabajo, “le hace falta sexo”, y por el contrario, cuando alguien se presenta muy alegre, es porque, aparentemente, tuvo una buena noche o una buena mañana referente al sexo. Pero, ¿Realmente nuestra vida sexual influye en cómo nos presentamos al trabajo?

Investigaciones recientes así lo confirman. Tal es el caso del estudio De la cama a la oficina, de la Universidad de Oregón, que concluyó, en base a diversas entrevistas a trabajadores de diferentes sectores, que la satisfacción sexual mejora el rendimiento laboral. 

Es así como una vida sexual satisfactoria, tiene un impacto directo en la satisfacción laboral y en el compromiso con la empresa, ya que “cuando los empleados tenían relaciones sexuales en el hogar, informaban de un aumento del afecto positivo en el trabajo”. En otras palabras, una buena sesión de sexo tiene beneficios sociales, emocionales y fisiológicos, al menos durante una jornada. Por otro lado, también se comprobó el efecto a la inversa, esto porque las personas encuestadas que asumían no desconectarse del trabajo, es decir, no darse algún momento de relajo en casa, tendían a tener una vida sexual menos satisfactoria, lo que repercutía en la motivación ante sus tareas laborales. 

No dejamos de ser personas cuando estamos trabajando

Ana Sierra, sexóloga y autora de Felices por la vida, ha profundizado sobre la relación sexo-trabajo. “Nuestro equilibrio sexual siempre beneficiará nuestro rendimiento laboral”, afirma la sexóloga rotundamente, y para esto pone en comparación la importancia de dormir bien para trabajar bien al día siguiente. “¿Entonces por qué nos resulta tan extraño que nuestra sexualidad se mezcle con el trabajo? El bienestar en cualquier área de nuestra vida es gasolina para nuestra actitud”, señala, agregando que tener una buena vida sexual, trae beneficios en el humor, la motivación, la creatividad, la concentración o en el desempeño de trabajar en equipo.

Según su perspectiva, de la mano con el estudio, queda claro que la relación entre nuestra vida sexual y nuestra vida laboral es más estrecha de lo que pensamos. Y cabe destacar que no sólo en el rendimiento en el trabajo hace una diferencia, sino que también en nuestra salud, tanto física como mental. Así lo explica Ana Sierra. “Si soy una persona saludable sexualmente, esto contribuye a ese estado de bienestar general, con el consecuente beneficio físico, mental y social. Por ejemplo, así aumento mis defensas, lo que favorece la protección frente a diversos patógenos, virus, bacterias, etc., y por ende, evito bajas por resfriados”, además, “la reducción de cortisol, hormona del estrés, y liberación de la oxitocina, la de la relajación, se asocian a este bienestar”, lo que también ayudan a reducir el estrés y la ansiedad laboral.