Imaginar el desierto de Atacama como un gran basurero es algo difícil de imaginar, sin embargo, es un panorama real y desalentador.
Es de conocimiento popular que la basura textil es uno de los costos que tiene el fast fashion, pero también es un problema para Latinoamérica. Esto, porque parece ser el continente asignado para recibir la ropa usada o de segunda mano que otros países desechan.
El desierto de Atacama es el lugar no polar más árido del mundo y tiene una belleza magnífica. Su cielo estrellado parece infinito y parece fundirse en el misterio del universo. Por lo mismo, la preocupación de los expertos y de todos quienes son conscientes del cuidado del Medio Ambiente. Y es que aquí convergen dos situaciones contradictorias.
Si se habla de sustentabilidad y modelos circulares en la moda, la reutilización de la ropa es precisamente un factor clave. ¿El problema? La industria de “la ropa americana”, la cual surgió mucho antes que del concepto fast fashion.
En Latinoamérica, este modelo donde está arraigado hace años, y los fardos de ropa usada se mueven por el continente hasta encontrar donde las compren y les den un uso. Chile es el primer importador de ropa usada en América Latina, donde entran 59.000 toneladas de ropa cada año. Pero este modelo aparentemente circular, ha convertido a uno de los desiertos más importantes del mundo en un basurero textil a cielo abierto.
Uno de los desiertos más atractivos de América del Sur se ha convertido en un vertedero textil a cielo abierto. Tal como refleja esta publicación de la agencia de noticias AFP. Fotografías que fueron capturadas por Martin Bernetti y que muestran montañas de ropa en la zona de Alto Hospicio. El desequilibrio ambiental es evidente.
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La ropa que está hecha principalmente de fibras sintéticas con componentes químicos que la vuelven altamente contaminante para el medioambiente. Además, no son biodegradables y tardarán miles de años en descomponerse.
Radio Cooperativa publicaba en noviembre de este año que la proliferación de basurales clandestinos en el desierto de Atacama, se ha visto invadido por toneladas de ropa usada. Lo que afecta mayormente a la comuna de Alto Hospicio, en la Región de Tarapacá.
Según el medio, llos importadores que operan bajo el régimen de la Zona Franca de Iquique (Zofri) estarían usando el desierto para eliminar la ropa usada que no es comercializada. “La Zona Franca no ha sido capaz de manejar y controlar esto y el Estado también nos ha abandonado. Nos hemos convertido en una zona de sacrificio”, dijo a Cooperativa Patricio Ferreira, alcalde de Alto Hospicio.
Desde la Zofri, su subgerente de comunicaciones, Rubén Rosas, aseguró al medio que “la gestión de los residuos, en este caso de textiles, le corresponde justamente a las empresas que las operan”.
Y agregó, “como Zofri hemos implementado acciones tendientes a mitigar el impacto que genera la gestión de residuos, en este caso, apoyando, por ejemplo, al emprendimiento de una empresa, un proyecto local, que justamente trabaja a través de la gestión de economía circular con este tipo de productos”.
Bajo este escenario la ropa de segunda mano se vuelve un problema en ciertos países del mundo, y el desierto de Atacama lo está viviendo en primera persona. Los gobiernos regionales trabajan por erradicar dichos basurales ilegales, mientras tanto, la “ropa americana” se acumula.