Cada temporada estival trae sus propios desafíos para el cabello, y la combinación de sol, sal y cloro suele dejar huella incluso en las melenas más cuidadas. Para entender cómo protegerlo de forma realista y accesible, conversamos con Víctor Lagos, educador y estilista de Pichara, quien comparte recomendaciones claras y fáciles de integrar en la rutina diaria.
La exposición sostenida al sol, el agua salada y el cloro genera un impacto directo sobre la fibra capilar. Según explica, “en verano, el cabello se enfrenta a tres agresores principales: radiación UV, sal del mar y cloro de piscina. Estos factores resecan la fibra, oxidan el color, abren la cutícula y dejan el pelo opaco, quebradizo y sin elasticidad”.

Frente a este escenario, los hábitos preventivos son clave. Víctor recomienda aplicar protector UV capilar antes de salir, enjuagar el pelo con agua dulce después de playa o piscina, evitar herramientas de calor cuando el cabello ya está deshidratado y recurrir a hidrataciones semanales con mascarillas o acondicionadores nutritivos. “Son gestos rápidos que marcan una diferencia enorme en la salud y el brillo”.
El momento del corte también influye en cómo se comporta el cabello durante la temporada. Para Víctor, la mejor estrategia es llegar al verano con el pelo sano desde la base: “Un corte antes de la temporada elimina puntas débiles que se partirían más rápido con el sol y el agua”.
Durante los meses de calor, sugiere una mantención ligera cada seis a ocho semanas para frenar el avance del daño, sobre todo en cabellos teñidos o tratados químicamente. Al cierre del verano, un corte de limpieza ayuda a recuperar suavidad, forma y textura tras la exposición constante.
Cuando la rutina cambia por vacaciones o viajes, el pelo suele resentir la falta de cuidados habituales. Víctor destaca señales claras para identificar cuándo necesita nutrición urgente. “El cabello se siente áspero o ‘cruje’ al tocarlo. Pierde movimiento, se enreda más y se quiebra con facilidad. El color se ve apagado o sin vida. Las puntas se abren apenas las miras”, señala. Frente a eso, recomienda medidas prácticas que pueden aplicarse desde cualquier lugar. Un aceite capilar liviano en medios y puntas, mascarillas de acción rápida en la ducha del hotel, protector solar capilar durante las actividades al aire libre y peinados protectores para reducir fricción.
Con estas recomendaciones, el verano deja de ser una temporada crítica para el cabello y se convierte en un buen momento para ajustar rutinas. Y así, poder observar las señales de la fibra y entender qué necesita en cada etapa. La clave, como recalca Víctor, está en incorporar gestos simples y consistentes que mantengan el pelo fuerte, hidratado y preparado para enfrentar los meses de sol y calor sin comprometer su salud.
