Más vale tarde que nunca. Queda un par de meses para que se termine el año y luego las vacaciones de verano. Y ya comienza a sonar la consigna del verano sin polera. Y aunque las cosas a última hora no dan los resultados esperados, nada se pierde con intentarlo. Al menos una talla más, o tomar algo de tonificación. Por último que sirva como la cuota de energía que necesitamos para terminar bien estos 12 meses.
Y aunque siempre es positivo tomar la decisión de una vida más saludable, hay algunas cosas importantes que debes saber y considerar para evitar riesgos de lesiones o desmotivarnos antes de tiempo con ejercicios que no nos gustan ni incitan a seguir con el ejercicio. Por esto es que hemos querido poner toda la información sobre la mesa para que sepas lo que debes tener en cuenta a la hora de comenzar esta vida fitness: desde la elección de rutinas, hasta la frecuencia de entrenamiento y los errores comunes que debes evitar.
Una de las primeras decisiones que debes tomar es qué tipo de ejercicio te gustaría realizar. Las opciones son diversas, desde hacer pesas, rutinas de cardio, hasta el yoga y el pilates. Es crucial seleccionar una rutina que te atraiga, ya que esto aumentará la probabilidad de que la mantengas a largo plazo. Si no tienes la experiencia considera consultar a un entrenador personal o un fisioterapeuta para que te oriente mejor.
La frecuencia con la que debes hacer ejercicio depende de tus objetivos y nivel de condición física. Para principiantes, se recomienda empezar con 3 a 4 días de entrenamiento a la semana, permitiendo al menos un día de descanso entre sesiones. A medida que adquieras experiencia, podrás aumentar la frecuencia si lo deseas. Recuerda que el descanso es fundamental para la recuperación muscular.
Los errores más comunes y que debes evitar son el sobre esfuerzo, o sea, tratar de hacer demasiado en poco tiempo. Esto puede provocar lesiones y agotamiento. Es crucial comenzar con cargas ligeras y aumentar la intensidad gradualmente. En segundo lugar está lo concerniente a la nutrición, y es que no puedes obtener buenos resultados sin una dieta adecuada. Asegúrate de consumir una variedad de alimentos nutritivos para apoyar tu entrenamiento.
Ojo con la falta de consistencia, para esto evita los períodos de ejercicio intensivo seguidos de inactividad prolongada. Establece un horario que puedas mantener a lo largo del tiempo.
Cuida de realizar ejercicios de manera correcta, ya que de lo contrario puede ser peligroso y conllevar lesiones. Aprende las técnicas adecuadas y considera la posibilidad de obtener orientación de un profesional.
Por último, reconoce las señales de tu cuerpo. Si sientes dolor excesivo o malestar, detente y busca ayuda médica si es necesario. Lo otro es plantearse objetivos realistas. Si quieres perder peso, o ganar musculatura o mejorar la resistencia, ten en cuenta que los resultados no son inmediato. La paciencia es clave y los cambios reales conllevan tiempo.
Evita caer en la monotonía. Cambiar tu rutina de ejercicios puede mantener el interés y estimular el progreso. Introduce variaciones en los ejercicios y prueba nuevas actividades para evitar el aburrimiento. Otro detalle que motiva es hacer ejercicio con un amigo o con un grupo. Lo que se puso de moda desde la pandemia en adelante, es utilizar aplicaciones de fitness para mantenerte y medir tu progreso.
En resumen, asegúrate de elegir una rutina que disfrutes, establecer metas realistas, evita los errores comunes y mantén la consistencia. Con el tiempo, verás los beneficios en tu salud física y mental, y tu compromiso con el ejercicio se convertirá en un hábito positivo en tu vida diaria.