Con 65 mil seguidores en Instagram, la periodista y cocinera Dalal Halabi acaba de lanzar su primer recetario que lleva por nombre Cocina en la diáspora, el que se ha convertido en pocos días en uno de los libros de no-ficción más vendidos de Chile confirmando un creciente interés del público chileno por la cocina del Medio Oriente. Amante de la comida, sus seguidores datan desde la época de su emprendimiento La chica de hummus y de cuando hacía clases en lugares como La Casa de Oficios, Dalal ha sabido cultivar y atesorar esta comunidad con la cual comparten su amor pero el curry, el almíbar, la canela, pero sobre todo el cocinar para los que más queremos: la familia y los amigos.
¿Qué ha significado para ti tener este nivel de seguidores en Instagram y qué fue lo que finalmente se convirtió en el antecedente para plasmar esta pasión tuya en un libro?
Es súper bonito. Es una cosa súper loca, hay días en que es un poquito abrumador en el buen sentido de la palabra. ¿Cómo llegué aquí? Es loco que una persona común y corriente, gracias a las redes sociales, se pueda convertir en referente de algo, en mi caso de la cocina. Y me parece fantástico que podamos reconocernos en nuestros talentos y crear nuevos espacios o “medios de comunicación”, sin necesidad de que alguien “te descubra”, por decirlo de alguna manera. Todos los días me sorprendo, 65 mil personas es mucha gente, no dejo de sorprenderme. Lo que pasa con las redes sociales es que muchas veces vemos sólo lo malo, sobre todo hoy en día que existe un mundo lleno de trolls y comentarios mala onda, pero yo siento todo lo contrario. Veo un cariño impresionante, todos los días me llegan fotos de gente que prepara mis recetas, que vienen de varias partes de Chile y mensajes que me hacen llorar de emoción. Muchos mensajes e intento responderlos todos, los leo bien atenta. Estoy súper agradecida de la comunidad que se ha formado y sobre todo del apoyo en cada cosa que hago: las clases, las cenas y ahora el libro.
¿Existe un interés importante del público chileno por la cultura gastronómica palestina?
De todas maneras y se nota. Cada día más gente quiere aprender y probar nuevos sabores. Espero poder seguir enseñando sobre nuestra gastronomía y que la sientan parte de su vida. Sobre todo porque Chile es un país hecho de y por inmigrantes también y qué mejor manera de poder traspasar nuestra cultura que a través de la comida. Ahí está todo. Los ingredientes y los aliños te cuentan una historia. Además, yo tengo una teoría: en Chile todos tienen un amigo o conocido paisano. Somos la comunidad más grande del mundo fuera de Palestina. Existe un real interés hace años, desde que partí haciendo talleres hace casi 6 años, después con las cenas clandestinas que hacíamos con mi hermana y ahora con la recepción que ha tenido Cocina de la diáspora, es algo que me llena de orgullo la verdad.
¿Cómo fue que fuiste recopilando las recetas que están incluidas en el libro? Y en ese sentido ¿Cómo fueron tus acercamientos a la cocina y los alimentos? Alguna anécdota que me puedas contar…
Fue un proceso largo, trabajé un poco más de 1 año y medio en el libro, previo a las fotos. La elección final fue pensada en los clásicos, lo que más le gusta a mi familia y las recetas que más me gustan a mí. Es un resumen de toda mi vida probando, mirando, leyendo, escuchando a mis abuelos, papás, primos, tíos y hermanos. Hay un poco de cada uno en este libro. Así partí, en una familia que vive en torno a la cocina, donde es un espacio fundamental de reunión. Todo siempre pasaba ahí. De ahí viene mi gusto por comer y por aprender. Es la forma en que aprendí a dar amor, no tengo otra. Si te cocino es porque te quiero. No es una historia de cuento, se fue dando. Me tocó empezar a cocinar y de ahí descubrí que se me daba fácil, pero sobre todo, que me gustaba mucho. Lo disfrutaba, me calmaba, era buena y mi creatividad fluía más que nunca. Ese fue el minuto en que dije: ok, démosle. Partí escribiendo mis recetas en un cuaderno y ya después lo transformé en un blog y el resto es historia, hoy tengo mi primer libro, que está hecho con mucho cariño y respeto y que espero disfruten mucho como yo disfruté haciéndolo.
De todas las recetas contenidas en el libro, ¿cuáles son las tres infalibles, o a las que más recurres y que las personas que compren un ejemplar se puedan sorprender haciéndolas?
Primero la receta más esperada de todas: el falafel. Estoy muy orgullosa, porque si bien son ingredientes súper simples, fue una receta que perfeccioné con los años y el resultado es perfecto, para mí por lo menos. Todos los fondos, no sabría elegir cuál. Los guisos los recomiendo, sobre todo el de Bamie y el de cordero. Del capítulo de dulces, me gusta mucho el Mamul, que fue siempre una de mis galletas favoritas y es una receta con un proceso largo, pero no difícil. Además es de las pocas que no lleva almíbar, como en general llevan los dulces árabes. Y por último, de mi capítulo personal “Mis sabores heredados” tengo dos favoritas: el tiradito con aliño 7 especias y el tártaro, que es la receta que cierra el libro, que fue una de las primeras que anoté y que era una idea que tenía hace muchos años: un tártaro de res con sabor a Medio Oriente. Nunca la publiqué en Instagram, secretamente estaba ahí guardada para el libro. Queda increíble, lo recomiendo.