Cindy Crawford cumplió 56 años el pasado domingo y lo ha querido festejar con la familia, pero también quiso compartir su alegría con sus seguidores. Para esto, la modelo publicó una serie de imágenes sobre lo que hizo durante su día de cumpleaños y aprovechó la ocasión para reflexionar sobre la madurez desde su experiencia vital.
La ícono estadounidense ha querido agradecer a sus más de 6 millones de seguidores que tiene en esta red social las felicitaciones y muestras de cariño que le hicieron llegar. Y lo hizo subiendo dos fotografías frente a una torta con velas doradas mientras sostiene una de las velas junto a un photocall decorado con globos.
Ver esta publicación en Instagram
Además de un montón de seguidores, sus amigas y colegas le han felicitado también en las redes. Entre ellas, Alessandra Ambrosio le escribió: “Feliz cumpleaños ICONO”, o Helena Christensen que puso: “Te deseo el mejor de los cumpleaños mi bello unicornio”, mientras que Christy Turlington puso tres corazones rojos para desearle lo mejor.
Sin embargo, una de las felicitaciones más emotivas que recibió fue la de su hija, Kaia Gerber, quien sigue sus pasos como modelo: “Felicidades mamá. Porque celebremos todos los días porque un día al año nunca será suficiente. Mi heroína para siempre. Te quiero”, ha escrito junto a una bonita foto de su madre.
Ver esta publicación en Instagram
Este sábado, un día antes de su cumpleaños, la clásica supermodelo se puso nostálgico y reflexionó acerca de qué le diría a la pequeña Cindy sobre la vida. En la foto que publica, aparece siendo una infante junto a una torta y escribió: “A las puertas de otro cumpleaños, miro atrás a la pequeña Cindy y pienso en lo que le diría. Le diría que fuera más amable consigo misma, que se tratara como trata a sus amigos. Le diría que todo el mundo se pone nervioso ante nuevas situaciones y a veces simplemente tienes que fingir hasta que lo consigues. Le diría que no tenga miedo a quedar en ridículo -como bailando, cantando, etc-, incluso si no es buena en eso. Que se ría lo máximo que pueda. Que sea vulnerable. Que se arriesgue a ser ella misma con la gente que quiere, la recompensa merece la pena. Que sea agradecida. Que siga creciendo, aprendiendo y transformándose… ¡La vida es una bendición!”.