La Esclerosis Lateral Amiotrófica o mejor conocida como ELA, es una enfermedad neurodegenerativa cuyas causas aún no han podido ser descifradas por la ciencia. Y que encierra a los seres humanos en su propio cuerpo.
Conocida por el caso del físico Stephen Hawking, esta enfermedad mortal ha sido por años una lucha para la ciencia. Y mientras poco se avanza, el cuerpo de 5 de cada 100 mil personas se apaga debido a ELA. Las personas afectadas por la enfermedad pierden lentamente la capacidad de caminar, hablar y respirar, por lo que termina siendo mortal. En Chile, 600 personas viven con ELA y el trabajo de cierto grupo de científicos chilenos ha dado luces que podrían generar un gran cambio a nivel mundial.
Un grupo de investigadores del Instituto de ciencias Biomédicas de la UNAB, liderado por la doctora Brigitte Van Zundert, llevan 8 años investigando para encontrar una razón a la enfermedad. Y se han enfocado en las motoneuronas, las que permiten y controlan nuestro movimientos y que, sin tener explicación, en algunos seres humanos se mueren.
El equipo, compuesto por Zundert y 35 científicos de Chile, Alemania y Estados Unidos, ha descubierto una molécula que detona la Esclerosis Lateral Amiotrófica. Todo un hallazgo para la medicina mundial. “Antes no lo sabía, ahora resolvimos un misterio. Y tenemos una molécula que sabemos es importante y crítico en ELA. Y ahora estamos buscando cómo usar está molécula en el diagnóstico y, a la vez, como una terapia efectiva que no existe”, explicó Brigitte Van Zundert, del Instituto de Ciencias Biomédicas de la UNAB, a T13.
“Hemos logrado por primera vez estar en la primera línea”, afirmó orgullosa. Y es que este estudio podría dar pistas para encontrar en el futuro mejores formas de diagnosticar y tratar esta enfermedad.
Durante un conversatorio de La Tercera, la doctora explicó que hace más de 20 años descubrieron que células que están alrededor de las motoneuronas, los astrocitos, y que normalmente dan soporte, nutrición y defensa a la motoneurona, por mecanismos no conocidos comenzaban a liberar factores tóxicos que dañaban estas células. Y luego de 8 años tienen las pruebas suficientes que demuestran que lo demuestran. Ahora, la apuesta es a seguir trabajando por el diagnóstico temprano, una terapia efectiva y un test que detecte la enfermedad.
Además, desde otro lado del mundo también se suman buenas noticias. Científicos japoneses detectaron una proteína en el tejido muscular que podría ayudar a diagnosticar la esclerosis lateral amiotrófica o ELA de manera precoz.
Los únicos tratamientos disponibles hasta ahora solo permiten retrasar el avance del deterioro. Es por esto que lo más importante para los pacientes es el diagnóstico temprano.