Fue un experimento que surgió de las cabezas del arquitecto Eduardo Cancino y el director musical Paolo Bortolameolli: realizar conciertos de música clásica sin la solemnidad de los teatros, sino que en lugares como galpones abandonados o subterráneos de edificios.
Llamado CNC -Clásica no Convencional-, los cuatro encuentros que se hicieron durante este año con Bortolameolli al timón y la Orquesta Solístico de Santiago como escuderos, fueron un éxito que atrajo cada vez más a un público que sintió la cercanía de estar frente a los músicos y percibir cada melodía bajo una dimensión desconocida.
La notoriedad de este formato, que tiene un paralelo con “Concerts in the Parks”, que la Orquesta Filarmónica de Nueva York lleva a cabo desde 1965 en lugares a cielo abiertos -siempre en verano- ha abierto nuevas posibilidades para el próximo año.
Los organizadores negocian con una inmobiliaria para hacer presentaciones en casas en desuso especialmente acondicionadas para brindar un show de calidad. “Estamos en conversaciones para tener nuevos lugares donde podamos exhibir estas expresiones artísticas, que han tenido muy buena recepción”, asegura el productor Pablo Gutiérrez.
Se espera que las nuevas presentaciones se realicen durante el verano y que los shows se dupliquen respecto a esta temporada.
El proyecto quedó con muy buenas sensaciones debido a que el cierre de este año -el fin de semana pasado en el subterráneo del edificio Gibraltar, en Providencia- convocó en dos días seguidos a más de mil personas que disfrutaron con la música de Gustav Mahler, Wolfang A. Mozart y el ruso Dmitri Shostakovich.
Entre los asistentes estuvieron la directora Maite Alberdi -que acaba de estrenar su nueva película “El Lugar de la Otra”-, y las actrices Paula Luchsinger y Luz Croxatto, entre otras.