Hace un par de semana el príncipe Alberto II aseguraba el pronto regreso de su esposa, la princesa Charlène. Y en la Costa Azul el panorama parecía ser simple y claro, o volvía para la fiesta nacional monegasca (este 19 de noviembre) o mejor que o volviese.

Un viaje que tenía una duración inicial de “días” terminó convirtiéndose en ocho meses alejada de sus hijos, esposo y Palacio. Y, con el pasar del tiempo, la “excusa” de la enfermedad pareció esfumarse en la Corte y su regreso se hizo inminente. Más específicamente, si no iba a estar el día de la fiesta nacional de Mónaco, que no se molestase en volver.

Pero las buenas nuevas llegaron, y para todos aquellos que insinuaban una nueva crisis entre Charlène y Alberto, se quedaron con los titulares hechos. Y es que no olvidemos que Sudáfrica es el país natal de la ex nadadora, por lo que cada viaje genera más de algún rumor. En este caso, además, la princesa no tuvo quejas sobre su estadía prolongada.

Finalmente el día tan esperado por sus hijos llegó, y en el helipuerto el príncipe Alberto II junto a sus hijos, Jaime y Gabriella, recibieron a Charlène con flores.

Durante el último par de semanas, príncipe Alberto II de Mónaco, quien suele ser callado si de la prensa se trata, había hablado de su mujer. Sobre lo mucho que la echaba de menos y que sí o sí la princesa iba asistiría a las ceremonias del día nacional de Mónaco el próximo 19 de noviembre.

Durante su ausencia, Charlène se perdió su décimo aniversario de boda, la recaudación de fondos de la fundación que lleva su nombre y la entrada al colegios de sus hijos. Si se ha perdido todo eso, ¿qué la hace no faltar a la fiesta nacional?

La corte monegasca es el Principado más seguro y millonario del mundo, y cada 19 de noviembre Mónaco se viste de rojo y blanco (los colores de la bandera) y los Grimaldi hacen un paseo oficial. Aunque sean menos de 200 metros de caminata, es una de las pocas tradiciones que tiene el Principado y que conlleva una comida a beneficio o una prueba deportiva. Y todo ocurre bajo la mirada de los asistentes que comentan sobre los rumores de pasillos, la ropa y quien se lleva mal con quien dentro de la familia.