El drama y la rivalidad entre Coco Chanel, Christian Dior, Pierre Balmain, Cristóbal Balenciaga, Hubert de Givenchy e Yves Saint Laurent, era una realidad en el mundo de la moda hace un par de décadas. Sin embargo, habían algunas excepciones.
Si bien Saint Laurent había declarado su admiración hacia Hubert de Givenchy públicamente en 1991, ahora dichas palabras tienen más peso con unas cartas inéditas que se dieron a conocer en el marco del 70 aniversario de Givenchy que contará con una subasta.
En la correspondencia, Yves agradece al diseñador por su apoyo y profesa su profundo respeto por su obra. Palabras que salen a la luz por primera vez gracias al acceso entregado por los herederos a WWD.
«Hay muy pocos creadores de genio. Para ser precisos, diría que sólo ha habido dos: Givenchy y yo. El resto, los demás, eso es la chusma, el horror… cero», le citó WWD en un artículo de 1991 titulado Saint Laurent’s Biting Words.
Y aunque su amistad no quedó documentada como nos gustaría, tanto Saint Laurent estuvo entre los diseñadores que asistieron al último desfile de alta costura de de Givenchy en 1995, así como Hubert en el desfile de despedida de Saint Laurent en el Centro Pompidou en 2002.
«Su carta y su presencia en mi desfile me han conmovido más de lo que las palabras pueden expresar. Estoy en estado de shock y me siento incapaz de escribir la carta que le debo y que se merece. En cualquier caso, sepa que le doy las gracias de todo corazón y que pienso en usted con amistad y gratitud», escribió Saint Laurent unos días después.
Y aunque la respuesta de Givenchy lamentablemente no está disponible, las cartas dejan en evidencia que estaban en contacto regularmente. E incluso Saint Laurent le agradece el envío de flores y le describe como «un faro en una industria» que ya no le resultaba familiar.
En 2002 fue cuando Yves se retiró del diseño de moda y las pasarelas. Sin embargo, ya en 1996 mostraba su decepción por como habían cambiado las cosas.
«Me siento muy solo ahora en esta profesión, y me doy cuenta de lo mucho que te echo de menos», escribió a Givenchy.
«Me han emocionado mucho, viniendo de ti, las palabras que has utilizado para definir mi trabajo. Hace falta mucho valor para seguir haciendo alta costura dado lo corrompida que está la profesión», le escribía un año más tarde, en septiembre de 1997.
«Desde mi juventud, usted nunca ha dejado de hacerme soñar. Por supuesto, estoy muy triste por haber cerrado mi casa de alta costura, pero ya no me era posible seguir trabajando en lo que se ha convertido en un mundo absurdo», escribió en una carta con fecha 17 de diciembre, sin señalar el año.