Revista Velvet | Carlos, William y Harry: Tres padres al frente
Realeza

Carlos, William y Harry: Tres padres al frente

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Carlos, William y Harry: Tres padres al frente

POR Sole Hott | 16 junio 2024

El príncipe de Gales está completamente entregado a la vida familiar y el cuidado de Kate Middleton. El duque de Sussex lleva su paternidad puertas adentro junto a Meghan Markle y sus hijos. Mientras que el rey Carlos III intenta hacer las cosas bien por primera vez. Hace poco, el mundo vio en una semana a los tres en el mismo país saludando a las cámaras, separados entre sí, aunque unidos por la misma etapa de la vida, la de papá.

Como integrantes de la Familia Real británica, cada etapa en la vida del rey Carlos III (75) y sus hijos, los príncipes William (que a fines de junio cumple 41)  y Harry (39), ha sido expuesta al ojo público, desde que nacieron a sus primeras fiestas, amores y la formación de sus propias familias. Y si bien su lazo podría reflejar una experiencia similar, como dijo Isabel II, “los recuerdos difieren”. Pero hoy, con los tres de padres, encuentran quizás más similitudes que diferencias, aunque los titulares indiquen lo contrario.

UNA INFANCIA SIN ABRAZOS

La vida de Harry, William y Carlos está marcada por la muerte de Diana de Gales (1961-1997). A partir de entonces, la relación cambió y el mundo vio cómo el ahora monarca puso mayor atención a sus hijos.

En alguna ocasión, el actual príncipe de Gales comentó que para darle las buenas noches a su papá debía atravesar montañas de papeles y documentos. Y Harry reitera en sus memorias “En la sombra” todas las veces que tuvo ganas de abrazar a alguien y no lo hizo. Porque el contacto físico no era precisamente una costumbre de la Familia Real.

Cuando tenía cinco o seis años, la abuela (Isabel II) lo dejó para irse a un viaje oficial que duró varios meses, y a su regreso lo saludó estrechándole la mano con firmeza. Claro que eso debió de ser lo que jamás obtuvo del abuelo. De hecho, el abuelo era tan distante y estaba tan ocupado viajando y trabajando que apenas vio a mi padre durante sus primeros años de vida”, cuenta en su libro.

El príncipe Carlos nació en una época diferente y como primogénito, primero en la línea de sucesión, fue testigo directo de la transición de su madre en monarca. No lo pasó bien en el internado escolar y sobrevivió a dicha etapa con un perfil bajo y aferrado a su oso de peluche, literalmente. “Teddy acompañaba a mi padre a todas partes. Era un objeto lamentable, con los brazos rotos, deshilachado y cubierto de parches (…) Teddy expresaba de forma elocuente, mejor de lo que mi padre podría nunca, la soledad de su infancia”, narra el duque de Sussex.

Harry se dio cuenta de que Carlos no lo había tenido fácil al ser educado como integrante de la realeza. Eso significa que me trató como lo trataron a él. Lo que significa: ‘¿Cómo puedo cambiar eso para mis propios hijos?’. Y bueno, aquí estoy”, le dijo a Dax Shephard en su podcast “Armchair Expert”. Y luego dio el golpe emocional: “Me mudé con toda mi familia a Estados Unidos”.

“Cuando se trata de la crianza de los hijos, si he experimentado algún tipo de dolor o sufrimiento debido al dolor y sufrimiento que quizás mi padre o mis padres habían sufrido, me aseguraré de romper ese ciclo”, aseguró en el espacio que lidera el actor.

Pero más allá de esa figura inaccesible y fría, el rebelde pelirrojo describe a Carlos como un hombre desarmado que quiso ser buen padre, pero que no supo –o no pudo– hacerlo. Dejó claro que no habla de sus sentimientos ni expresa sus emociones; y que una ‘palmadita’ en el hombro era “una demostración física de afecto descomedida y sin precedentes”.

Algo que Harry evidencia en su libro al recordar la noche en que murió su mamá. “No lloré, ni una lágrima. Mi padre no me abrazó. No se le daba muy bien expresar sus emociones en circunstancias normales, ¿cómo iba a esperarse otra cosa durante semejante crisis? Es cierto que posó la mano una vez más sobre mi rodilla y me dijo: ‘Todo irá bien’. No era poca cosa para él. Paternal, esperanzado, bondadoso. Y tan, pero tan equivocado”, sostiene Harry.

LA FAMILIA ES LO PRIMERO

Quizás las cosas no fueron del todo bien como Carlos creía, pero sus hijos hoy llevan la paternidad de una forma más normal y cercana. El príncipe William, por su parte, ha decidido estar presente para sus tres hijos con Kate Middleton: George (10), Charlotte (9) y Louis (6). Y así como pasa el tiempo con ellos los fines de semana, también los acompaña en sus primeros días de clases, asiste a sus eventos y comparte sus hobbies.

“A la hora de programar los compromisos, siempre que sea posible, se tendrá en cuenta la hora a la que los niños salen del colegio para que o él o la duquesa (hoy princesa de Gales) puedan estar allí́ para recogerlos”, revelaba una fuente de palacio al Daily Mail.

William ha perdonado a su padre con el paso de los años, pero ha sido muy enfático en no querer repetir los errores. Y en su cumpleaños número 70 le pidió pasar más tiempo con sus nietos.

Hoy, el primogénito vive su propia batalla interna intentando equilibrar su vida familiar con sus deberes reales. Porque no existe un buen momento para enterarse de que tu papá tiene cáncer y, menos, saber que tu señora comparte el mismo diagnóstico. Un escenario que ha conmovido a los británicos y que, en estos últimos meses, ha visto que es él quien, sin dudarlo, se hizo cargo de los niños para que la princesa de Gales se concentrara en su tratamiento y recuperación. “Para William todo depende del bienestar de Kate”, asegura la biógrafa real Ingrid Seward.

El heredero vive un momento complicado por la enfermedad de este núcleo y el peso de su rol institucional. Y si bien aseguran que encontró “correcto” el mensaje de Harry y Meghan para Kate Middleton tras dar a conocer su enfermedad, sigue adelante sin pensar en ello. El próximo rey no quiere sumar más carga mental a sus presentes preocupaciones, cansancio y miedos por el futuro de su familia y de la Corona.

LA ÚLTIMA VISITA

La información que llega desde el Reino Unido está llena de contradicciones, fiel reflejo de la situación actual de la Familia Real británica.

Durante la última visita del príncipe Harry a Londres, con motivo del décimo aniversario de los Juegos Invictus, cercanos al rey aseguraron a The Sunday Times que Carlos le ofreció a su hijo quedarse en una residencia real cuando estuviera en la capital inglesa. Sin embargo, The Post reportó que el duque de Sussex habría rechazado la invitación, prefiriendo un hotel durante esos tres días. “El desaire del príncipe Harry”, titulaban al día siguiente algunos tabloides.

Sobre lo mismo, cercanos a Su Majestad comentaron al medio citado que de haber aceptado habría sido “más fácil” para Harry reunirse con su papá. Pero fuentes relacionadas con el príncipe argumentaron que fue el rey quien decidió no ver a su hijo. “El desplante del rey Carlos III”, fue la portada que prosiguió.

Dimes y diretes en medio de un caos fundado por rumores a la orden de una relación cortada. Aunque si la situación lo amerita, Carlos es el primero en ceder, por eso cuando fue diagnosticado de cáncer llamó a su hijo personalmente y Harry tomó un vuelo de inmediato para verlo.

Es más, el monarca hizo cambios en su agenda para poder encontrarse con Harry antes de viajar a Sandringham e iniciar su recuperación.

Los amigos del príncipe que pasaron tiempo con él durante su última y breve visita a Inglaterra insisten en que el duque solicitó visitar a su padre mucho antes del viaje y que estaba “profundamente dolido” por no haberlo visto.

Pero el hijo menor sabía que la agenda de papá (preparada con meses de antelación) incluía la primera Fiesta del Jardín, cita popular en que se abren las puertas del Palacio de Buckingham a todos los ciudadanos y que, este 2024, tomaba especial significado: se iba a encontrar cara a cara con las 8 mil personas que solidarizaron con él tras dar a conocer el cáncer y también era un signo de continuidad a esta tradición que inició su mamá, la desaparecida Isabel II.

A 8 kilómetros de distancia, Harry daba una lectura en la Catedral de St. Paul por la conmemoración del aniversario 10 de los Juegos Invictus. Su última cita en la capital inglesa antes de reunirse con Meghan Markle (42), actriz que no se animó a timbrar su pasaporte y que lo esperó en un salón vip del Aeropuerto Internacional Heathrow, en el mismo Londres, antes de volar a Nigeria para un comentado viaje con aires protocolares (los mismos a los que renunciaron en el famoso ‘Megxit’).

Cada una de las partes exige del otro, pero sin ofrecer nada a cambio. Tanto Carlos como William y Harry enfrentan ansiedades privadas y presiones públicas. Y al final del día, todos han optado por los suyos, aunque eso signifique separar aguas.

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