El cuidado del medio ambiente es una de las causas más importantes para el rey Carlos III, según ha dejado claro incluso antes de su reinado. Y ahora, ha encontrado una forma muy particular para continuar con su labor.
Las telas, con diseños florales, y de distintos colores, habían estado colgadas en el Palacio de Buckingham y el Castillo de Windsor durante el reinado de Isabel II. Y fueron reutilizadas por estudiantes de la Fundación del Rey.
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Jacqueline Farrell, directora de educación de la fundación, aseguró que el proyecto era una La novicia rebelde, haciendo referencia a la película protagonizada por Julie Andrews, estrenada en 1965.
“Esperamos que este proyecto muestre lo que se puede hacer con materiales antiguos en términos de reutilización y reciclaje”, afirmó Farrell. “Quizá otras personas empiecen a pensar en utilizar las cortinas de una forma nueva”.
Un portavoz de la organización benéfica, recientemente rebautizada como Fundación del Príncipe, declaró: “Fue idea del rey utilizar las cortinas. Se enteró de la existencia del material y dijo: ‘Bien, sin duda se le puede dar un buen uso'”.
Los kimonos se venden ahora para recaudar fondos para la organización, entre cuyos objetivos está la defensa de la artesanía tradicional. Esta semana, se abrió una subasta en línea a través de la web de la fundación que se extenderá hasta el viernes por la noche.
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