Entre galas militares y un gesto de confianza simbólica, el rey Carlos III dio inicio a la Semana Real en Escocia este lunes 1 de julio. La cita, celebrada en los jardines del Palacio de Holyroodhouse en Edimburgo, residencia oficial del monarca en el país, marca un hito en el calendario de la realeza británica y rinde homenaje a la cultura y comunidad escocesa.
Con 76 años y en medio de su tratamiento contra el cáncer, el rey hizo una aparición, llegando en helicóptero al palacio para participar en la histórica Ceremonia de las Llaves.
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La jornada incluyó un saludo real, una revisión a la Guardia de Honor de la Royal Company of Archers (compañía que actúa como escolta del soberano desde 1822), y una secuencia ceremonial que resuena con siglos de tradición.
Como es costumbre, el Lord Provost de Edimburgo, Robert Aldridge, entregó al monarca las llaves de la ciudad. Carlos III las devolvió inmediatamente, pronunciando la frase clásica. “Devuelvo estas llaves, convencido de que no podrían estar en mejores manos que en las del Lord Provost y los Concejales de mi buena ciudad de Edimburgo”, señaló.
Este gesto es más que simbólico: representa el respeto mutuo entre la Corona y la capital escocesa, en el marco de lo que se conoce como la Holyrood Week, la semana que el soberano dedica cada verano (entre finales de junio y principios de julio) a celebrar lo mejor de Escocia.
La agenda de esta semana incluye, además de la ceremonia inaugural, una investidura real y una recepción en los jardines del palacio. Otros compromisos varían año a año, aunque el enfoque es claro: destacar el arte, la literatura, el servicio público y el compromiso comunitario escocés.