Aunque es reina desde hace más de un año, a Camilla todavía le quedaba pendiente usar la tiara preferida de Isabel II. Fue la que escogió anoche para acompañar al rey Carlos III, a la Mansion House de la City de Londres, escenario de la tradicional ceremonia en la que, desde tiempos de Isabel I, la autoridad local de esta área le entrega al monarca la “espada de perlas”, como una forma de reconocer a sus autoridades, algo que la propia Isabel hizo hace 70 años, después de haber sido coronada reina.
Vestida con un traje de Bruce Oldfield, el mismo diseñador del modelo que usó en el día de la coronación, Camilla se puso la tiara de “las Chicas de Gran Bretaña e Irlanda”, una joya asociada a Isabel II, por haber usado este accesorio en innumerables ocasiones.
A modo de historia del objeto en sí, decir que esta tiara fue un regalo de bodas de esas “chicas de la Gran Bretaña e Irlanda” a María de Teck, por ese entonces duquesa de York y que luego fue reina consorte de Jorge V. Hubo una recaudación de fondos para recuperarla, una misión llevada a cabo por Lady Eva Greville, amiga de la reina María. Fue tanto el éxito de la recaudación que sobró dinero, el que se destinó para las viudas y los huérfanos de los fallecidos en el transatlántico Victoria. Lo cierto es que en 1947, María se lo regaló a su nieta Isabel como regalo de bodas, quien hasta ese momento aún era princesa. De ahí que ella la llamara cariñosamente como “la tiara de la abuelita”.
También fueron parte del joyero de la difunta reina, el collar de diamantes y el brazalete que usó por primera vez Camilla Parker en esta ocasión. Ambas joyas las recibió Isabel a propósito de su cumpleaños número 21 de parte de un mandatario africano.