Revista Velvet | Camila Santa Ana: La reina indiscutida de la Navidad
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Camila Santa Ana: La reina indiscutida de la Navidad

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Camila Santa Ana: La reina indiscutida de la Navidad

POR equipo velvet | 15 diciembre 2025

Esperar la llegada del “viejito jojojo”, como le dice su hija Nina, es todo un ritual para Camila Santa Ana y su familia. “Podemos comer ramitas ese día, pero que la mesa se vea bonita”, dice con humor y lista para modelar con uno de sus 100 ugly sweaters.

Por Sofía Beuchat Foto Pedro Magnere y @navidadmagica.cl

Cuando Camila Santa Ana terminaba su adolescencia, su mamá, Aurora Conejero, quien por muchos años lideró la conocida marca de zapatos que lleva su nombre, decidió que no podía ser que la Navidad perdiera su magia solo por el hecho de tener “niños grandes”. Entonces tuvo una idea: pedirle a sus hijos que pasaran por diferentes tipos de pruebas para tener derecho a los regalos, que ella escondía. “Nos dejaba un sobre a cada uno, donde decía qué prueba teníamos que hacer. Por ejemplo, cantar como la Virgen María. A mí, que soy pésima para las matemáticas, me hacía grabar videos haciendo multiplicaciones”, cuenta Camila riéndose.

Al pasar los años, esta tradición fue convirtiéndose en un hábito muy esperado por la familia. Y es la razón por la que esta fecha, para Camila –influencer, emprendedora y mamá– es la más importante del año.

Con el tiempo, las pruebas navideñas fueron evolucionando y adaptándose a los cambios. Hoy, cada Navidad, Camila se disfraza junto a sus hermanos y bailan frente a una cámara; el video resultante lo suben a una cuenta de Instagram que crearon especialmente para esto (@theilachas, “como Las Kardashian pero en chunga”, explica Camila). Ahí, bajo la descripción “somos una familia muy normal, donde la hija mayor @camisantaana molesta a su mamá” se les ve cantando y vestidos de renos, árboles de pascua, viejos pascueros y mucho más. Sobre todo, riéndose. Y sus seguidores con ellos.

Pero lo que sin duda llama más llama la atención ahí son los suéteres gruesos con motivos navideños, conocidos internacionalmente como “ugly sweaters”. “Me enamoré de ellos desde que los vi en películas gringas. Se supone que son feos pero a mí me encantan”, dice Camila, mientras se confiesa feliz de posar con estos tejidos, aunque el termómetro marque 39 grados a la sombra.

Tiene para elegir: su colección personal suma más de 100 modelos; solo dos de ellos hechos en Chile. Hasta sus cuatro perros –Chusco, Zuri, Dolce y Gabbana, todos adoptados o recogidos en la calle— tienen el suyo.

Todo esto, dice, le importa mucho más que los regalos. Para ella, el ambiente navideño es todo. Por eso, su casa se llena de dorado, rojo y verde, ojalá desde fines de noviembre, “para disfrutar el máximo tiempo posible”.

OLOR A NAVIDAD

La preparación para las fiestas comienza apenas termina Halloween, “porque después ya no queda nada” y ella le gusta tener hasta sábanas con motivos navideños. Todavía no llega diciembre y en su casa, la mesa de centro –donde usualmente descansan un florero y algunos adornos y revistas– hay viejitos pascueros, cajitas de música, el calendario de adviento de una conocida marca de chocolates y un pan de pascua. Su Nina, de dos años, insiste en atacar el pan y los chocolates mientras llama al “Viejito Jojojo”, vestida con un encantador traje navideño tejido a mano por la mujer del papá de Camila. En el aire se deja sentir el home spray Smells like Christmas, de Bath & Blanc, que huele a galletas de jengibre, zapallo y pie de manzana, en ese orden.

Cuando Camila se fue a vivir sola –“a un departamento bien kistch”–, recuerda, su mamá llegó con un regalo sorpresa: su primer árbol de Navidad. ¡Qué otra cosa podría haber sido! Es una encantadora miniatura bajo una cúpula de cristal, con un sistema que hace que caiga “nieve” sin necesidad de sacudirlo. Hoy se luce bajo una decoración que simula una chimenea, al lado de su árbol actual, decorado con adornos grandes, dorados, donde hay varias figuras de animales. Con luces, pero por ningún motivo con música.

“El último árbol más minimalista, que tenía unas cintas blancas, lo hice cuando Nina era muy guagüita”, dice, mientras sostiene en brazos a su hija Siena, que aún no cumple dos meses y también tiene su traje navideño tejido a mano.

La mesa, por otro lado, merece un capítulo aparte. Camila lideró hasta hace poco un taller de decoración de mesas, y su puesta en escena navideña da cuenta de ello. Todo luce perfecto: hay servicios dorados, platos decorados también en dorado, posavasos con motivos navideños. “Me muero una Navidad sin la mesa bien puesta. Podemos comer ramitas, o papas duquesa que es lo clásico; me da lo mismo la comida. Pero la mesa, que sea vea bonita”, dice.

A Camila le gusta registrar todo esto. Hace cinco años que saca retratos navideños familiares y también fotos de su puesta en escena para estas fechas con las fotógrafas fine art Isabel Larraín y Florencia Imschenetzky (quien además se especializa en fotos de mascotas), gestoras de @navidadmagica.cl. Algunas de esas fotos las comparte aquí.

Mientras tanto, Nina ya espera a su “Viejito Jojojo” y no se aguanta las ganas de abrir los paquetes de utilería que su mamá armó para las fotos. Su hermana Siena dormita bajo el árbol sobre una manta que, cómo no, tiene un print navideño. Camila las mira, sonríe y concluye: “La Navidad es para generar tradiciones”.

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