Este sábado 2 de septiembre, cuando sean las 00:00 de la noche, los relojes deberán adelantarse una hora. Y de esta forma, se dará inicio al horario de verano, el cual, según los expertos, es que el más impacta al organismo.
Si bien las críticas rodean el cambio de hora en Chile, este fin de semana nuevamente debemos modificar los relojes. Así, la noche de este sábado 2 de septiembre, cuando sean las 24:00 horas, quienes viven en Chile continental (con excepción de la Región de Magallanes) deberán adelantar sus relojes en una hora, es decir, pasando de las 00:00 a la 01:00 horas del domingo.
Con esto, se busca tener luz más natural y “los días más largos”. Sin embargo, amanecerá más tarde. Los expertos advierten que estos cambios de hora tienen consecuencias en el organismo debido a la variación de la luz solar. Un desajuste que altera los ritmos circadianos e influye en el estado de ánimo e incluso en el humor. Además, se altera la secreción de melatonina, hormona que regula el sueño y la vigilia.
Los expertos coinciden en que esta desalineación se puede evidenciar en distintos síntomas, tanto a nivel físico como psicológico, los que pueden perdurar por hasta diez días tras el cambio de hora. Entre los problemas que suelen aparecer están la somnolencia, irritabilidad, dificultades en la concentración y atención, incluso, alzas o bajas de presión o de temperatura corporal. Así como también pueden presentarse dolores de cabeza y malestar generalizado.
¿Por qué es el horario de verano el más difícil y por que los niños son los más afectados?
Los más propensos a sufrir con este cambio de hora son los niños y los adultos mayores. Esto, debido a las hormonas y la rutina. Ahora, si hay personas con trastornos de sueño, lo cierto es que en este periodo puede verse más afectados que los demás.
De acuerdo a los expertos, la diferencia está en que este horario, a diferencia del de abril, implica pedirle al cuerpo despertar a oscuras. Algo que no es normal para el organismo, ya que nos desalineamos de la hora de la salida del sol. Eso sí, la población suele decir que prefiere este horario que el de invierno.
¿Cuáles son las recomendaciones?
Las principales recomendaciones son, por ejemplo, irse a dormir y levantarse 15 minutos antes, gradualmente, durante unos tres o cuatro días. Para irse adaptando al nuevo horario.
Para aquellos más sensibles, sugieren ingerir bajas dosis de melatonina durante unos días, bajo supervisión médica, de manera de regular los ciclos de sueño y vigilia.
Tras el cambio de hora y hasta que el organismo se adapte, sugieren no dormir siesta para que así el reloj biológico se acomode mejor a los nuevos ciclos de luz y oscuridad.
También sugieren relajarse dos horas antes de irse a acostar, con poca luz, evitar el ejercicio físico después de las 17:00 horas y no consumir bebidas estimulantes, como café, té, alcohol y bebidas energéticas o con cafeína.
La idea es que el cerebro empiece a entender que ya debe prepararse para dormir. Por lo que aconsejan no realizar actividades que impliquen alta exigencia al sistema nervioso antes de acostarse, como estudiar, ver televisión o cualquiera que active el cerebro.
Se recomienda apagar las pantallas entre 40 minutos y una hora antes de dormir.
También se recomienda ingerir una comida liviana en la noche y evitar los alimentos pesados antes de dormir. Y no tomar mucho líquido antes de acostarse.
Otro detalle es asegurarse de que el lugar esté con una temperatura agradable, ni muy frío ni muy cálido, que no haya mucho ruido ni mucha luminosidad.