El que esté libre de todo mal, que lance la primera piedra. Dice un refrán ligado a la sabiduría religiosa. Y lo cierto es que muchas estrellas de Hollywood han tenido un paso por el infierno. Muchos de ellos lo han pasado mal en el punto alto de su carrera, y otros, como el aplaudido y admirado Bradley Cooper le tocó vivir momentos complejos mucho antes de alcanzar la fama.

El actor que prontamente debutará como director, co-guionista y protagonista del gran estreno de Netflix para finales de año, la biopic Maestro, acerca del afamado compositor musical Leonard Bernstein, estuvo como invitado en el último programa del reality show norteamericano de supervivencia, Bear Grylls, conocido en español como El Último Superviviente. Fue ahí como, a modo de testimonio ejemplificador, el actor de A Star is Born, contó el oscuro episodio que enfrentó en su vida cuando estaba dando sus primeros pasos en la actuación.

El ex de la modelo Irina Shayk, con quien tuvo una hija, reveló cómo sucumbió al alcohol y a las drogas en 2003, etapa que coincidió cuando se lesionó el talón de Aquiles y fue despedido de la serie Alias, donde actuó junto a su amiga Jennifer Garner. “Definitivamente, tenía una actitud nihilista ante la vida, como si pensara que me iba a morir. No fue hasta un tiempo después que pensé que tenía que aceptar quién era en realidad y tratar de encontrar la paz con eso, y entonces todo se estabilizó”, contó el actor en el programa.

Bradley se refirió a cómo se veía así mismo en esa época en la que su vida dependía del consumo de drogas: “Siempre me sentí un extraño. Estaba en mi cabeza. Me di cuenta de que no iba a estar a la altura de mi potencial y eso me asustó muchísimo”. No obstante, hubo un momento en el que Cooper decidió dejar a un lado todas sus adicciones. Y esto sucedió cuando lo contrataron para grabar un spot para la compañía de computadores Dell. En ese momento Bradley comenzó a replantearse su estilo de vida: “Sentí que había dado un gran paso adelante cuando aparecí en la publicidad de Dell. Tuve suerte. Me limpié de todo a los 29 años y llevo sobrio 19 años. Tuve mucha suerte”.

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Bradley Cooper narró con gran tristeza un episodio por el que llegó a golpear su cabeza contra el suelo durante una fiesta: “Pasé la noche en el hospital con un tapón de hielo esperando a que me cosieran”, recuerda. Por último, el intérprete confesó que la persona que le ayudó a superar esta difícil etapa de su vida fue su amigo y también actor, Will Arnett.

“Recuerdo estar en la cena pensando que era muy gracioso y pensaba que esos dos tipos que eran mis héroes pensaban que yo era muy gracioso. Fue la primera vez que me di cuenta de que tenía un problema con las drogas y el alcohol”. En ese sentido, el actor terminó reconociendo que “estaba muy perdido y era adicto a la cocaína”, al mismo tiempo que señaló que “Will se arriesgó a tener esa dura conversación conmigo en julio de 2004” haciendo que se pusiera “en camino para retomar mi vida”.