Bill Skarsgård se ganó un lugar en el cine de terror gracias a su espeluznante interpretación de Pennywise en IT, pero lo que muchos desconocen es el impacto que tuvo este personaje en su mente.
En una reciente entrevista con Vanity Fair, el actor sueco confesó cómo el payaso más temido de las novelas de Stephen King lo siguió atormentando mucho después de terminar el rodaje.
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“Me contaste que, al terminar de grabar, regresaste a la casa de tus padres y empezaste a tener sueños extraños sobre el personaje“, le comentaron durante la entrevista.
A lo que Skarsgård respondió: “Esos sueños fueron muy raros. A veces confrontaba a Pennywise y le gritaba molesto, o yo era Pennywise, pero caminaba por las calles donde crecí“.
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“Y pensaba: No, no. No debería andar así en público”, continuó. “No es como debería ser. Era algo extraño, como si estuviera tratando de separarme de eso, literalmente en el lugar donde crecí, en el mismo departamento”.
Aunque el actor de 34 años admitió que esos sueños lo inquietaron, también destacó que interpretar al “payaso bailarín” fue una experiencia que disfrutó por completo. Según él, “esa fue mi máxima transformación”.
Con una carrera que incluye roles en John Wick 4, la próxima adaptación de El Cuervo y el esperado proyecto de Robert Eggers, Nosferatu, parece que Bill tiene un magnetismo especial por los personajes sombríos.
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“Creo que esos personajes me atraen tanto como yo a ellos. Es una atracción mutua. El hecho de que se sientan atraídos hacia mí tiene que ver con varias razones: desde la apariencia, una sensibilidad, una cierta oscuridad o intensidad”, aseguró.
Sin embargo, también aclaró que no se ve a sí mismo limitado por este tipo de roles: “Los personajes oscuros también suelen ser más complejos. Requieren más esfuerzo mental”.
Y aunque disfruta explorar esta faceta, aseguró que no quiere ser encasillado: “Nunca me ha atraído el ‘estrella de cine’ clásico. Necesito transformarme lo más alejado posible de quién soy”.
