Benjamín Vicuña está promocionado “El silencio de Marcos Tremmer”, filme que se estrenará el 16 de enero que cuenta la historia de un publicista exitoso que vive en Madrid y que está perdidamente de Lucía. “Un día, Marcos descubre que una enfermedad mortal acabará con su vida en unos meses”, informó IMDB.
El chileno ha realizado varias entrevistas y habló con le medio argentino Infobae, donde conversó sobre su vida persona. “Vamos muy lento. Soy muy precipitado, muy ansioso, y quiero todo rápido”, reveló el actor cuando le preguntaron sobre su nueva pareja, Analía Espasandín.
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Además contó que le conquistó “su visión, una madurez. Me enamoré de su forma de ver las cosas, la vida”. También realizó la siguiente reflexión: “No, fue mutuo (la conquista). Fue la vida, que nos fue llevando de forma súper orgánica, fluida. Cuando las cosas van, es todo muy lindo: con mis hijos, con sus hijos, con el entorno, con su familia. Como que… Muy muy muy bien”.
Recordemos que Vicuña tuvo una larga relación con Carolina “Pampita” Ardohain, con quien además tuvo cuatro hijos. Fue un quiebre marcado por la infidelidad que sacó muchos titulares y que hasta en la actualidad se sigue recordando. Su siguiente relación fue con María Eugenia “China” Suárez, y con la actriz estuvieron seis años firmes y tuvieron dos hijos.
Durante la entrevista le preguntaron lo siguiente: “Qué preferís: ¿ser infiel o que te sean infiel?”. El actor respondió que “creo que como todos, pasé ambas. Y en las dos se la pasa mal”.
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¿Con cuál sufrió más? Benjamín Vicuña aseguró que “es curioso porque son dolores diferentes. Uno tiene que ver mucho con el ego, por supuesto. Con la desesperación y la pérdida. Y el otro, con sentirse en una crisis humana. Y la culpa, que también duele. Son dolores diferentes, pero está clarísimo que no es un lugar lindo”. Además confesó que es fiel y que perdonó infidelidades.
A los 46 años, Benjamín Vicuña está en un súper momento, incluso siendo la persona que siempre soñó. “Tiene que ver con la paz. Y con cómo me estoy vinculando con mis hijos, incluso por momentos. Nada es así, perfecto. Pero por momentos puedo también dialogar con el Benjamín de antes, con el niño“, le explicó a la periodista.
Su paz también se debe a la buena onda que tiene con sus hijos. “Una de las llaves hacia la felicidad que encuentro en mis días es conectar con mis hijos: en lo que charlo, en lo que nos reímos, en nada más que estar. Suena fácil, pero es un trabajo”. Se preocupa además soltar el celular y enfocarse únicamente en ellos.
