Revista Velvet | “Beber es una conexión de nuestras culturas”
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“Beber es una conexión de nuestras culturas”

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“Beber es una conexión de nuestras culturas”

POR Claudia Guzmán | 14 diciembre 2022

Earlecia Richelle, embajadadora internacional de St-Germain, visitó nuestro país para compartir su experiencia de vida y marca con este lujoso licor premium. “Se siente como si estuvieras en otro mundo”, invita.

Viaja por el mundo combinando moda y cocina, selecciona cócteles para Oscar de la Renta, ha sido premiada por su innovador enfoque de curatoría de marca y, sin embargo, la mixóloga e influencer Earlecia Richelle, embajadora norteamericana de St-Germain retorna a su cálida y profunda raíz cuando quiere explicar el secreto de su éxito profesional. “Crecí bebiendo un refresco rojo que en Panamá le llaman saril, que se hace con las hojas del hibisco y especias. Es una bebida roja, dulce, que me hacía sentir muy especial porque sabía que estaba tomando algo que hacía mi papá para mí”, cuenta esta mujer afrolatina criada en Washington que estuvo de paso por Chile.

“Yo creo que nos conectamos a través de la comida y la bebida, de una forma mucho más profunda que la simple nutrición, porque entregamos la receta de tu abuela o el plato de tu mamá, sino que entregamos nuestros corazones”, agrega.

Instalada a mediodía en el Club de Polo y Equitación San Cristóbal, fresca, radiante y colorida como los prados del lugar, Earlecia sacude con el agitador los hielos del vaso de St-Germain Spritz que acaba de preparar sobre la barra, y define: “Yo creo que puedo conectarme con las personas con los cócteles de esa manera, contando a través de ellos historias sobre mi propia experiencia, mi propia vida y unirlas con las que otras personas también han tenido. Beber es una conexión compartida, una conexión de nuestras culturas”.

De padre panameño y madre norteamericana, Earlecia cuenta que desde niña quiso trabajar en el competitivo mundo de la moda en Estados Unidos. Desde Washington se mudó a Nueva York para ir a la universidad. Trabajó haciendo estilismo, se perfeccionó tres años en el London School of Fashion, trabajó en revistas y deseó hacer su propia publicación.

–¿Cómo resultó esa revista?

–Nunca lo logré, la verdad. Quería contar historias en las que pudiera verme a mí misma, porque en las revistas no veía mujeres afrolatinas. Solo veía mujeres blancas o de los estereotipos que en cada lugar hay. Y las mujeres somos diversas, de aspectos, pensamientos y actividades muy diferentes. Pero al regresar de Londres parecían no entender mi título, y solo encontraba trabajo en el área publicidad. Fue muy frustrante, pues yo quería contar historias.

Con préstamos de educación pendientes por pagar, Earlecia comenzó a trabajar en un restaurant. Y entonces, el destino se manifestó. “Realmente no me gustaba servir mesas. Soy introvertida, algo que la gente pensaría por mi trabajo, que es más extrovertido. Pero en realidad si tengo que acercarme a una mesa para preguntar, ‘¿cómo estás?’, no me gusta. En cambio, en el bar, la gente es la que se acerca (sonríe). Así que realmente me gustó estar detrás de la barra. Me sentí muy segura detrás de ella; pero no lo consideré una carrera hasta que una persona con la que trabajaba me animó a participar en una competencia de cócteles. Y esa competencia cambió mi perspectiva de ser una barwoman, porque como vengo de un entorno creativo, también me permitía ser artista. Me sentí más conectada con quién era porque tenía que crear una historia sobre mi cóctel.

Desde entonces Earlecia se asoció con St-Germain, el licor francés de flor de saúco súper premium de Bacardi Limited, la mayor compañía privada de bebidas alcohólicas del mundo. Fue distinguida en la categoría creativa de 31 Days of Black Women in Food, fue finalista en los Spirited Awards de 2019 y apareció en Forbes por su nuevo enfoque del marketing experiencial de marca.

–¿Cuál es la historia que cuenta St-Germain?

–Nuestro creador, Rob Cooper, quería crear un sabor con el que la gente, ya sean cantineros o en su casa, pudieran hacer fácilmente sus propios cócteles. Entonces, St-Germain no es solo una nota dulce y floral. Sabe a muchas cosas. No sabes muy bien a qué sabe, ¿verdad? Es como la fruta de saúco, como los duraznos, las peras. Flores, obviamente, pero a veces también sabe a lychee. Tiene todos estos sabores diferentes. Es muy suave, no es demasiado fuerte, por lo que es perfecto. Te permite mezclar licor para hacer cócteles realmente buenos y hacernos sentir realmente especiales y realmente premium. ¿Sabes? Se siente lujoso. Tomas un poco de St-Germain y te sientes como si estuvieras en otro mundo. Esa es la historia.

Con espumante en su versión Royale, sumando gaseosa en un refrescante Spritz, más un toque de limón; con gin o vodka,.e incluso reemplazando la goma en un cercano pisco sour —invita Earlicia—, St-Germain es el licor que desde una primorosa botella estilo art decó, esta primavera verano viene a invitarnos a viajar. Y conectar.

ST-GERMAIN SPRITZ ROCÍO DE FLORES

Cuenta la leyenda que el término Spritz aplicado a los cócteles comenzó a aplicarse en la I Guerra Mundial en Italia. Proviene de la palabra alemana “spritzen (rociar)”, ya que durante ese tiempo los soldados austrohún- garos pedían a los camareros que “rociaran” un poco de agua en sus copas pues el vino les resultaba demasiado fuerte para sus costumbres. Se extendió por Europa como una forma de diluir y refrescar los brebajes intensos. St-Germain no podía no tener

su propia versión Spritz para las pequeñas pero intensas flores blancas del saúco. Prepárese entonces para combatir, cual soldado de la Legión Extranjera francesa, el calor:

Ingredientes

• 45 ml St-Germain • 60 ml Champagne o Prosecco • 60 ml Agua carbonatada • 1 twist de limón • Mucho hielo

Preparación

–Poner todos los ingredientes en una gran copa… y revolver.

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