En 2013, un video publicado en YouTube se convirtió en meme. En el clip, una mamá le cuenta sus hijas que irán a Disneyland. Su hija mayor, Lily, derrocha alegría mientras que la menor, Chloe, reacciona con cara de ironía, confusión y sorpresa.
Aunque fue por apenas unos segundos, la expresión marcó a toda una generación y quedó para siempre en el WhatsApp, Facebook e Instagram de muchos.
Su mamá solo publicó en Facebook, pero sus amigos la instaron a compartir el momento en YouTube. El video de 2011 ha superado desde entonces los 20 millones de visitas hasta enero de 2025. “Como resultado de la popularidad, la familia fue invitada a quedarse en la Dream Suite de Disneylandia y pudieron visitar la ciudad de Nueva York”, informó “People”.
“Chloe tenía 2 años y la gente se le acercaba”, dice Katie, su madre. “Estaban asustados. Le tomaban fotos”, explicó. Por estos días, la familia es dueña absoluta de la imagen original, lo que significa que han podido monetizar su uso comercial.
“Ese dinero nos ayudó literalmente a sobrevivir durante una década. Cada gramo de dinero, además de ahorrarlo y guardarlo, nos ayudaba a salir adelante con nuestra vida. Alquiler, facturas, comida”, admitió Katie Clem.
¿Qué fue de Chloe Clem? Ya no tiene 2 años, sino 14. Habló en exclusiva con revista “People” y tildó su experiencia como un “viaje divertido”.
Gracias a su fama ha visitado dos veces Brasil. “Allí conocí a mucha gente y pude hacer muchas cosas, y fue genial”, le dice Chloe a la publicación.
Google financió las vacaciones para que Chloe pudiera visitar a su enorme base de fans. “Sudamérica está obsesionada con Chloe”, señala Katie, comparándolo con la locura de la Beatlemanía de los años 60. “Es muy famosa en Brasil. No sé cómo ni por qué”, agregó.
Ya no postean tan seguido y eso fue intencional porque mamá reconoce que sus hijas, que entonces eran pequeñas, técnicamente nunca aceptaron participar en videos.
“Al principio, fue muy divertido… Simplemente te subes a este tren y dices que sí a todo”, reflexiona. “Al principio no incluí el consentimiento de mis hijos en absoluto. Simplemente lo hicimos porque te envuelves en todas las cosas. Al final, se volvió demasiado con mis hijos y sentí que nadie se beneficiaba de ello”, destacó.
