Qué duda cabe: Ben Affleck y Jennifer López son la pareja del año. Las cámaras han estado detrás de ellos desde que comenzaron los rumores. Después se confirmó su romance, se dejaron ver en público, oficializaron su relación y, por último, sorprendieron a todos casándose en Las Vegas sin más testigos que su amor. Pero no conformes con eso, la pareja quiere celebrar lo mucho que se quieren junto a sus seres queridos. Lo harán este fin de semana y será una boda con todos los lujos y con sus mejores amigos. El encuentro se dará en una de las mansiones del actor, el mismo lugar donde ambos se iban a casar en 2002.
Y es que a principios de los 2000, Ben Affleck y Jennifer López también eran la pareja de moda. La prensa los perseguía a todas partes y cuando se confirmó que habría boda, comenzó una batalla mediática por ver quién tenía más información exclusiva. La pareja estuvo muy sobreexpuesta. Tanto que acabaron por separarse. En recientes entrevistas han reconocido que al stress al que se vieron sometidos mientras planificaban el compromiso legal bajo la presión de los medios, que hizo que decidieran abandonar el plan. Cada uno se fue por su lado y todo se acabó.
Después de 20 años, vuelven al mismo sitio donde suspendieron todo. Se casarán en el mismo lugar donde lo iban a hacer en su momento. La mansión es propiedad de Affleck y está a las afueras de Savannah, en el estado de Georgia. Hace unos meses el actor la puso en venta, por eso en la web de la inmobiliaria se pueden encontrar las imágenes del inmueble.
La vivienda está rodeada de bosques y un rio, lo que asegura una gran intimidad. La propiedad cuenta con embarcadero propio. La casa principal tiene más de 500 metros cuadrados y los techos tienen cuatro metros de altura. Pero esta no es la vivienda más grande. El terreno cuenta con tres casas, una de ella más pequeña que la principal y una tercera de unos 800 metros cuadrados, pensada para invitados y para los niños. La distribución y la decoración guardan la esencia del estilo sureño de Estados Unidos.
Está considerada como una de las joyas de Georgia. Cuando el actor la puso en venta pedía aproximadamente siete millones de euros. Sin embargo, cambió de opinión y ahora será usada para celebrar el enlace con el que parece ser el amor de su vida.