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Desde que se convirtió en madre, Sarah Jessica Parker está decidida a enseñar a Tabitha y Marion, sus hijas gemelas de 14 años, y su hijo James Wilkie, de 21 años, a tener una relación positiva con la comida.
SJP reveló que ha buscado promover una relación saludable y no restrictiva con la comida en su hogar, algo que ella misma no experimentó durante su infancia. Tabitha y Marion son fruto de su relación con Matthew Broderick.
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“Yo tengo hijas. No quería que tuvieran una relación con la comida que fuera antagonista o que sintieran que esta era su enemiga y que iban a tener que establecer una posición con la comida”, compartió en el podcast Ruthie’s Table 4.
La estrella de Sex and the City reveló que durante su infancia no se le permitía disfrutar de postres en casa. “Y por supuesto, lo primero que hicimos cuando nos mudamos fue comprar pasteles y galletas”, confesó. “No quería eso para mis hijos”.
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En su hogar, Parker asegura que hay espacio para todo tipo de alimentos. “En nuestra casa, tenemos galletas, tenemos torta, tenemos de todo. Y creo que como resultado, tienes una relación más saludable”.
“Mis hijas tendrán las figuras que tienen, y con suerte estarán saludables y son deportistas y disfrutan de la comida“, afirmó la actriz. La pareja se divide las tareas de cocina en casa, con Broderick tomando las riendas los domingos.
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“Ambos cocinamos todos los días. Probablemente cenamos en familia todas las noches”, aseguró la actriz. Incluso cuando sus horarios se complican debido a compromisos profesionales, tratan de evitar comer fuera.
Y si lo hacen, Parker prefiere llamar al restaurante para recoger la comida o pedir a domicilio en lugar de usar aplicaciones de entrega. La actriz reveló que uno de sus platos favoritos para los días ajetreados es la sopa.
“Había hecho durante el día, hice estofado de cordero y Matthew hizo una sopa de frijoles blancos, así que sabíamos que teníamos eso”, compartió sobre una de sus comidas recientes. “Me gusta tenerlo en la nevera para los días de matiné”.
Además, Parker enfatizó su amor por cocinar y la importancia de tener una rutina establecida en la cocina. “Nos encanta cocinar. Y es aburrido seguir preguntándonos qué vamos a comer”.
El compromiso de la pareja de mantener una cocina ocupada ha dado grandes resultados con sus hijos. “No nos consideramos como chefs o algo así. Nuestros hijos siempre dicen como, ‘Wow, somos muy afortunados. Tenemos cena todas las noches‘”.
