El brillo estelar del Principado de Mónaco guarda en su interior una historia de traiciones, escándalos, hijos ilegítimos y maldiciones. Tal como lo define el escritor estadounidense, Somerset Maugham, aquella particular zona del mundo es “un retiro soleado para gente sombría”. Y luego del lujoso reinado de Rainiero III y Grace Kelly, la costa francesa se volvió sede de turbios negocios.
Aún con el paso de los años, aquella reputación ha sido imborrable y las polémicas de la vida privada del príncipe Alberto no han ayudado en lo más mínimo. Y aún cuando el esposo de Charlène quiere superar a su padre y su intachable biografía, Alberto encuentra más similitudes con la historia de su tía, la irresponsable princesa Antoinette. Quien, además, propulsó la “maldición de los Grimaldi” e hizo de todo para quedarse con el puesto de su hermano.
La sombra de la princesa Antoinette se convirtió en una pesadilla sobre los tres hijos del príncipe Rainiero. Carolina, Estefanía y Alberto se convirtieron en personajes protagonistas de una constante tragedia en sus vidas sentimentales, en lugar de brillar, y así los recordará la historia. Buena suerte en el juego y mala suerte en el amor.
Estefanía es dueña de una trayectoria amorosa de errores, con mucho circense y guardaespaldas de por medio. Mientras que Carolina quedó viuda tempranamente y terminó casándose con el príncipe Ernesto de Hannover, con quien no tiene relación alguna hoy.
Por su parte, los hijos ilegítimos de Alberto son la prueba definitiva de su parecido con Antoinette Grimaldi, quien se hizo amante de un nazi con el único objetivo de arrebatarle el poder a Alberto. Además, organizó un golpe de estado y utilizó a sus hijos ilegítimos políticamente, ganándose el título de la mujer más peligrosa del Principado de Mónaco.
El corazón de Antoinette
En la biografía de Antoinette Louise Alberte Suzanne Grimaldi, baronesa de Massy, se siembra aquella tentación plebeya de los Grimaldi que se refleja perfectamente en la vida del príncipe Alberto. Asus 23 años la baronesa encontraba su primer amor en un teniente nazi al que quiso utilizar para pedirle a Hitler que le arrebátase el trono a su hermano, más no lo consiguió.
Luego de la guerra, se enamoró del tenista monegasco Alexandre-Athenase Noghès (Aleco), casado y con un hijo, y juntos tuvieron tres hijos más que, en principio, fueron ilegítimos, y luego llevaron el apellido Grimaldi cuando se casaron.
Pero aquel matrimonio no fue más que una maniobra política de Antoinette para quedarse con el poder. Esto, por la soltería de Rainiero en aquel momento. Ya que, a diferencia de ella, él no podía asegurar un heredero. Sin embargo, este argumento no prosperó y, por el mismo motivo, el matrimonio se acabó a los tres años. Poco después Rainiero se casó con Grace Kelly y acababa con sus esperanzas de reinar.
La baronesa seguiría en la lucha por reinar y ofreció a Francia la anexión de Mónaco con ella y su nuevo marido, como ocupantes del trono, terminando ambos en el exilio.
Esa manía de poner la vida privada al servicio de la lucha por conseguir el poder de Mónaco, se vierte en sobre su sobrino, el príncipe Alberto II. Un modelo que obedece a la vida privada cuestionada y que se entremezcla con su vida política peligrosamente. Ambos se inclinan a las relaciones sexuales con personas ajenas al círculo aristocrático y engendraron hijos ilegítimos.
En el caso de Alberto, la madre de Alexandre, su hijo de 21 años, era azafata de vuelo. Tamara Rotolo, con quien tuvo a Jazmín (30 años), es mesera. Y ahora una brasileña reclama otra prueba de paternidad.
La maldición de los Grimaldi
La peligrosa princesa Antoinette fue más allá de lo político y el escándalo público. Dice la leyenda, que la maldición de los Grimaldi, aquella que los destina a la infidelidad conyugal, comenzó con ella.
Antoinette fue viuda a los 24 años y antes de los 30 se convirtió en la primera princesa de la historia que tuvo hijos ilegítimos. Su primer marido, le duró tres años y el segundo, con quien maquinó ‘vender’ su país a la Francia, duró 13 años, pero aseguran que fue solo porque ambos odiaban a Rainiero.
En 1981, la princesa le dio otra oportunidad al amor con un bailarín del Royal Ballet británico de 53 años (ella tenía 62). Se casaron en julio de 1983, pero solo duraron seis meses. Él murió repentinamente.
Una biografía que de alguna forma predice la vida de sus sobrinos. Fue viuda inesperadamente, como Carolina de Mónaco. Tuvo un escandaloso romance con un tenista casado y un bailarín, tal como las relaciones de Estefanía con el domador de circo, un acróbata y dos guardaespaldas. Sus hijos ilegítimos fueron un escándalo, como constantemente lo son los de Alberto.
Si la vida de los Grimaldi estaba escrita, es solo cosa de detenerse en la biografía de la princesa Antoinette. Una mujer de armas tomar y quien falleció en 2011 a los 90 años.