Revista Velvet | “Antares de la Luz”: el documental que recrea uno de los crímenes más recordados de Chile
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“Antares de la Luz”: el documental que recrea uno de los crímenes más recordados de Chile

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“Antares de la Luz”: el documental que recrea uno de los crímenes más recordados de Chile

POR Rommy Buchholz | 02 mayo 2024

Netflix estrenó Antares de la Luz: La secta del fin del mundo, un nuevo documental que explora en detalle de uno de los crímenes más recordados de Chile. Y que ya se encuentra en el primer lugar de lo más visto en la plataforma.

¿De qué trata el documental?

“A fines del 2012, cuando circula la profecía del fin del mundo, Antares de la Luz, líder de una secta en Chile, convence a sus discípulos de que para salvarse le deben obediencia ciega“, señala la sinopsis oficial.

“Sumergiéndolos en una espiral de terror que tiene su punto más oscuro cuando el grupo comete uno de los crímenes más brutales en la historia del país“, continúa, narrando la historia basada en hechos reales en 2013.

“En este documental original de Netflix, quienes lo conocieron narran lo vivido junto a él. Y cómo éste fue adueñándose de su voluntad y sus vidas al punto de doblegar sus conciencias y razón“.

Los seguidores de Antares de la Luz, fueron cómplices del asesinato y posterior incineración de un bebé de apenas dos días de vida, a quien el líder, también su padre biológico, acusó de ser la reencarnación de un ser maligno.

El caso de Colliguay quedó grabado en la memoria colectiva de Chile como una de las historias más impactantes de los últimos tiempos. A 12 años de estos eventos, Netflix adaptó la historia de la secta que marcó profundamente al país.

Bajo la producción de Fábula y la dirección de Santiago Correa, Antares de la Luz: la secta del fin del mundo se ha convertido en uno de los documentales más vistos de la plataforma. Sin embargo, las opiniones sobre su valoración son variadas.

¿Qué opina la crítica especializada?

Ana Josefa Silva, crítica de cine y presidenta del Círculo de Críticos de Arte de Chile, destacó a Radio U. de Chile la variedad de perspectivas ofrecidas por las diversas fuentes que participaron en el documental. 

“Cinematográficamente tiene dos puntos a destacar. Uno, que, como tal, cumple incluyendo un amplio espectro de informantes y puntos de vista. Y luego, y casi como si me contradijera con lo anterior, tiene su propio punto de vista“.

Este punto de vista se refleja principalmente en el testimonio de Pablo Undurraga, el único exmiembro de la secta que participa en el documental. Según Silva, “eso es importante porque los documentales no son solo datos objetivo”.

“Desde lo cinematográfico también es un mérito la construcción de la historia. Comienza casi como en un racconto para ir añadiendo información que es cada vez más escalofriante. Entrega datos, aquello que se edifica”, agregó.

Sin embargo, la crítica de cine y series considera que la película quedó al debe en la indagación del misterio que reviste a estos casos. “Uno quiere saber mucho de lo que ocurre acá, de la psiquis de estas personas”, señaló Sol Márquez. 

“Se ocupa un poco de recreación para generar hilos continuos en el relato, pero siento que no logra profundizar y explicarnos un poco más“, reflexionó Márquez, crítica de cine y series.

A pesar de eso, el documental arregla esa falta con la incorporación de otro elemento que, para Ana Josefa Silva, resulta crucial. “Hay una delgada línea entre víctimas y victimarios, considerando que el principal victimario de todo esto murió y por lo tanto no está“.

“Y entonces, quienes quedaron son aquellos que fueron víctimas de abuso de conciencia, que es un aspecto muy interesante que trabaja la psicóloga Isabel Soublette, que aparece dando su testimonio“.

“Ojalá que las personas que solamente les dio ira se sienten a pensar. Porque el abuso de conciencia existe, las sectas existen, y pueden afectar a muchas personas”, concluyó Silva.

Una reflexión que también comparte Lya Rosén. “Más que un debate, es una condición real, una dualidad de los jóvenes que fueron parte de la secta“. Según ella,  Quienes estuvieron involucrados, fueron “víctimas y victimarios al mismo tiempo”.

“En el momento en que estaban con él fueron parte del crimen y estaban convencidos de que era una cosa positiva. Porque lo estaban haciendo para salvarse del fin del mundo. Esto, al mismo tiempo que, con el paso de los años, ellos mismos se dieron cuenta de que esa coerción los había transformado en víctimas”.

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