Así como algunos esperan la hora de meterse en la cama y dormir plácidamente, para otros puede ser el peor momento del día. Y el solo hecho de pensar en no poder dormir les genera niveles de ansiedad preocupantes.
Según los expertos, pocas cosas pueden llegar a ser tan frustrantes como el no ser capaz de dormir. Moverse mucho, ruidos, trabajo o simplemente concentrarse en dormir. Y este último es precisamente uno de los síntomas de la ansiedad por dormir, un trastorno que, aunque no lo creamos, afecta a muchas personas.
Las clásicas técnicas para conciliar el sueño no son suficientes para las personas que sufren de ansiedad por dormir. Y es que no pueden pensar en otra cosa que no sea conciliar el sueño. Lo que puede derivar incluso en somnifobia, el miedo excesivo o irracional ante el acto de dormir.
Como ocurre con la ansiedad en general, al dormir también es fruto del estrés. Y pueden intensificarse ante hechos o fechas importantes. Además, puede generar pensamientos negativos sobre dormirse y no volver a despertar o no dormir lo suficiente.
¿Qué hacer para quitarle importancia y presión al sueño?
Las recomendaciones de los expertos coinciden y básicamente no es mucho lo que se puede es:
Meditar antes de irse a dormir. Esto puede ser desde el yoga y la meditación a leer un libro o música que te relaje, y te despeje del tema sueño.
Evita el desorden mental. Anota los pendientes en una agenda o cuaderno, así no estarás dándole vueltas a las cosas que no alcanzaste a hacer mientras intentas dormir.
Después de las 6pm ¡ojo con lo que bebes! Pasadas las 18:00 horas debes evitar cualquier tipo de estimulante como el té, coca-cola, bebidas energéticas o café.
Power Nap. Si has probado todas estas técnicas y aún así no consigues conciliar el sueño, duerme una siesta de 15 minutos, esto no solo te ayudará a descansar, sino que a reponer fuerzas para no afectar tu productividad.