Tarde de día domingo y muchos comienzan a experimentar una sensación de incomodidad e inquietud. Si eres de los que no pueden dejar de pensar en lo que les espera la vuelta al trabajo el día lunes, te sientes irritado, sufres dolor de estómago o generas tensión muscular, lo más probable es que padezcas del Síndrome del Día Domingo.
1 de cada 4 chilenos sufre de síntomas relacionados con ansiedad, según el “Termómetro de Salud Mental en Chile Achs-UC”, elaborado por la Achs y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica. Pero estos síntomas podrían ser más que pereza por comenzar la semana.
Carolina Yañez, Psicóloga organizacional y especialista en Desarrollo Organizacional, Felicidad Empresarial y Psicología positiva, y también miembro de la Word Hapiness Foundation define el Síndrome del Día Domingo como “un estado de ansiedad del tipo anticipatorio, frente al término del fin de semana y a la inminente llegada del día lunes o el inicio de semana. Comenzamos a despedirnos de las siestas, hobbies, descanso o desconexión, para organizarnos mentalmente para la semana laboral o estudiantil, y que nos lleva a invasión de pensamientos y sentimientos, que nublan esa sensación de libertad y tranquilidad experimentadas previamente. La rumia mental y la anticipación a todos nuestro deberes y obligaciones, generan un carga estresora, que nos mantiene en alerta e incómodos. También ha que esclarecer, que no sólo es el día domingo específicamente, ya que quienes trabajan por turnos, pueden experimentar un síndrome similar, o a la vuelta de vacaciones. Se tratra simplemente del hecho de volver al trabajo les genera alta ansiedad”.
Esta sintomatología fue detectada e individualizada por la psicóloga norteamericana Larisa Kase en 2006. Tras realizar una serie de estudios e investigaciones en el Centro de Estudio y Tratamiento de la Ansiedad de la Universidad de Pensilvania.
Los síntomas principales serían ansiedad o sensación de nerviosismo; desánimo o baja en la motivación; frustración o irritación sin un motivo aparente; manifestaciones en el cuerpo, como tensión muscular, dolor de estómago o dolor de cabeza; rumia mental, anticipando problemas, conflictos o desafíos infranqueables, para la semana que se avecina.
1.-Tendencia psicológica al sesgo negativo
Se otorga mayor preponderancia a las experiencias negativas, más que a las positivas. Esto se traduce en que los aspectos negativos tienen un mayor impacto en nuestros pensamientos y emociones. Entonces ocupamos nuestra mente para organizarnos mentalmente, pensar las actividades a realizar, las fechas de entrega, la presión por las metas, la relación y convivencia con personas difíciles y teñimos todo aquello de un alto nivel de desafío, frente al cual nos sentimos sobrepasados. Aquí comienza el proceso de sobre preocupación.
2.- Que exista un bajo nivel de balance entre la vida laboral y la vida privada
Probablemente exista una alta carga laboral y poco espacio para el descanso y el disfrute. Muchas veces no existe una desconexión total de las obligaciones laborales , llegando tareas o información en horas de descanso. Si el descanso no es suficiente, se produce un círculo vicioso de carga estresora adicional, que vuelve a inundar de ansiedad e incomodidad.
3.- Un bajo nivel de satisfacción laboral
Es decir que el trabajo que se ejerce no nos hace felices. Está lejos de ser vivido desde el propósito o no se tiene un sentido de logro o de recibir reconocimiento por el buen desempeño. Además no se experimentan emociones positivas o sentimientos de logro, entre otros.
Según explica la psicóloga organizacional, Carolina Yañez, las personas más proclives a sufrir del Síndrome del día Domingo son aquellas “del tipo perfeccionistas o con base ansiosa o altamente estructuradas o dependientes. En la medida que se van acercando las horas para iniciar la semana, el nivel de estrés tiende a subir y podrían incluso, tener problemas para conciliar el sueño”, enfatiza.