Desde Vichuquén, Angélica Castro está en “Velvet al Desayuno” –de lunes a viernes, a las diez de la mañana– y Jordi Castell, desde su departamento en Santiago, en “El Aperitivo” –de lunes a sábado, a las siete de la tarde–. Dos proyectos, nacidos en pleno distanciamiento social provocado por el Covid-19, que se han transformado en una vía de escape durante las semanas de encierro.
LA ESCENA OCURRIÓ HACE CASI 30 AÑOS: Un joven modelo en sus 20 años se prepara para posar en un estudio fotográfico. Es para una campaña de una tienda del retail. El espacio está lleno. También hay asistentes, maquilladores, vestuaristas y otros modelos. De repente, mientras le están haciendo sus tomas, una de las figuras televisivas más cotizadas por las marcas y los medios ingresa por la puerta principal. Es una adolescente muy linda, pero también con una altura y un garbo que impactaron al joven, por lo que no pudo evitar voltearse para mirarla con asombro.
“Ella era como una Kate Moss entrando a ese lugar. Quedé maravillado desde el primer momento que la vi”. Así recuerda “el joven”, que es el fotógrado y comunicador Jordi Castell, el día en que conoció a Angélica Castro. “Tuvo la deferencia de saludar a cada uno de los que estábamos ahí de un beso y preguntarnos cómo estábamos. Su sencillez y humildad me llamaron profunda- mente la atención, porque era –y sigue siendo– una figura potente”, agrega.
Con el tiempo, compartieron más de alguna vez. Hace poco, Angélica invitó a Jordi a cruzar la Patagonia en un capítulo de su programa “Descubre Chile”. Tuvieron que pasar unos meses para que el destino nuevamente los juntara. Y es que la crisis producida por la pandemia del Covid-19 los hizo coincidir en una misma plataforma; una más cercana a las audiencias y donde la pretensión de los estudios de TV queda muy lejos. Así, desde comienzos de abril ambos tienen sus respectivos programas en el Instagram de Revista Velvet. Angélica está de lunes a viernes, a las 10 de la mañana con “Velvet al Desayuno”, y Jordi, de lunes a sábado, a las siete de la tarde con “El Aperitivo”.
El éxito de ambos ha sido arrollador y, en esta oportunidad, además de contarnos cómo han vivido estas semanas a cargo de la conducción, también reflexionan hacia dónde creen que iremos tras este tiempo de distanciamiento social, cuarentenas y, como ya lo estamos viviendo, de una nueva normalidad.
Angélica responde esta entrevista literalmente desde la punta de un cerro. Todos los días, junto a su marido Cristián de la Fuente y su hija, Laura, suben a uno que está cerca de su casa, en Vichuquén, para hacer deporte. Es el único momento en que salen de la propiedad, porque son muy responsables con las medidas de precaución para evitar contraer el virus. Cuando con Cristián, por ejemplo, tuvieron que ir a la Teletón fue bajo el más estricto control; en el Teatro les hicieron el examen para el Covid-19 y dieron negativo.
Jordi, por su parte, responde desde su living, el que se ha convertido en el espacio de conversación de todos sus invitados y de las miles de personas que a diario se unen en vivo a “El Aperitivo”.
Desde la naturalidad que los caracteriza, más de alguna confesión han logrado en estos días, así como muchas risas y lágrimas. Por ejemplo, Katherine Salosny se emocionó con Jordi al mencionar que está lejos de su hermana y su madre producto de la cuarentena. Lo mismo le ocurrió a la psicóloga Pilar Sordo en el programa de Angélica al contar que estaba pasando sola la cuarentena.
La conductora de “Velvet al Desayuno”, además, no tenía pensado volver a vivir a Chile –a pesar de que anualmente venía al país unas veinte veces–. Lo hizo por el deseo de cumpleaños de su única hija. “La Laura estuvo de cumpleaños el 30 de septiembre y le preguntamos por su regalo. Ella nos respondió que quería celebrarse en Chile con la familia de acá y sus amigos. Le ofrecimos otras opciones y nos dijo para ella Chile es todo, con Cristián nos miramos y sabíamos de inmediato la respuesta. Le preguntamos si quería vivir aquí, se le llenaron los ojos de lágrimas y nos respondió que ese era el sueño de su vida”. “Ese momento”, continúa emocionada, “fue muy potente. Yo comenzaba una serie ahora en mayo en Estados Unidos y Cristián hacía lo mismo, pero en abril. Pero, los proyectos se postergaron hasta octubre debido a la contingencia. Además, toda la vida hemos dicho que hay que vivir el momento y que hay dejarse llevar por las emociones. La vida nos ha golpeado muy fuerte a ambos; bueno… ahí nos miramos y decidimos venirnos”, cuenta.
–¿Cómo fue ese cerrar de puertas en Estados Unidos?
–Para mí no existen mucho las cerradas de puertas. No creo para nada en lo material, mis relaciones personales son mucho más profundas y mis relaciones laborales son súper emocionales. No siento que dejé una vida atrás; esto me suma cien por ciento. Lo mismo me pasó cuando, después de vivir mucho tiempo en Los Angeles me fui a México. He ido sumando amigos, familia, compañeros de trabajo y momentos únicos. Hice teatro en Broadway, he tenido tremendas oportunidades y nunca las hubiera podido vivir si hubiese actuado con nostalgia. Tengo que hacer una serie en Miami. El piloto lo hicimos el año pasado; son 13 capítulos y muestra los rincones más oscuros y luminosos que tenemos los seres humanos.
–Jordi, ¿cómo han sido estas semanas para ti?
–Mi rutina es en gran parte salir a pasear a mi perro. Durante el resto del tiempo, para ser honesto, no he parado de comer, de cocinar el triple… Me he divertido inventando y aplicando recetas de mi abuela y amigas que se dedican a la cocina. El resto ha sido trabajar haciendo “El Aperitivo”. También estoy trabajando con mi agencia de comunicaciones desde la casa, lo hago con varias marcas y me he tenido que sentar a diario para no perder los hábitos formales del trabajo. Aunque siempre soy muy ordenado y organizado, ahora me he permitido que todo fluya.
Jordi destaca que lo mejor de la cuarenta ha sido darse cuenta de que todo lo que tiene le da paz. “Soy un agradecido de vivir en el espacio donde vivo. Esta casa la hice a pulso y con mucho cariño, entonces estar encerrado no me pilla de manera dramática porque estoy recién casado, al lado de un tremendo compañero como es Juan Pablo y con nuestro perro. Hemos hecho mucha vida familiar y hemos comido demasiado”.
–¿Y lo peor?
–Lo malo es darme cuenta de lo frágiles que somos, que se detuvo el mundo, que la industria gastronómica y el comercio, además de varios otros mundos laborales, se paralizaron. No me gustan los índices de cesantía. Me angustia que la gente de mi país sufra por el tema laboral, esto ataca a los más vulnerables, hay mucho de injusticia histórica en esto porque siempre los que menos tienen son los más perjudicados. No deja de impactarme la soberbia, prepotencia y la falta de criterio de algunos presidentes, principal- mente de Donald Trump y Bolsonaro, que no entienden lo que está pasando. Lo único que tenemos que hacer es ser responsables y estar unidos. Sin embargo, ellos están en una parada muy confrontacional. Me impactan y me dan vergüenza ese tipo de líderes. Creo que esto es como una revancha de la Tierra, por todo el daño que la humanidad le ha producido desde siempre.
–Angélica, fuiste una de las primera entrevistadas de Jordi en “El Aperitivo”, se nota que ustedes se llevan muy bien desde siempre.
–Quiero mucho a Jordi, lo conozco hace muchos años. Él es parte del ADN de la gente. Cuando hicimos juntos un capítulo de “Descubre Chile” me sor- prendió mucho su honestidad. Creo que Jordi está en un gran momento personal, de realización, de no querer demostrarle nada a nadie y eso me encanta porque es un trabajo difícil que conlleva años. Jordi es una persona positiva que se ríe de él mismo, no tiene filtro y eso es maravilloso. Todo eso le juega en favor en “El Aperitivo”, porque al invitado le permite ser uno más en su living. La gente se relaja mucho con él. Estos son programas que no están detrás de la noticia, del titular o del conflicto, sino que están detrás de compartir y escuchar a la persona que está al otro lado. Acá la historia del invitado es la protagonista.
–Y, ¿cómo has vivido “Velvet al desayuno”?
–Mi programa es muy poco pretencioso, no hay un super estudio, no hay tremendo vestuario. Todo eso es muy bonito en la tele, y me encanta esa parte, pero, en este momento, en que casi todos los seres humanos estamos conectados con los otros, no se puede aparentar. Yo no voy a vender una pose, porque todos estamos en la misma. Además, aunque este es un formato nuevo para la gente, yo lo vengo haciendo hace mucho tiempo, “Descubre Chile” era algo muy parecido porque estábamos en un auto con el entrevistado y se generaba una mística muy bonita y única.
–¿Y para ti, Jordi, con “El Aperitivo”?
–“El Aperitivo” ha sido una de las mejores satisfacciones que me ha dado la cuarentena. Esto se me ocurrió estando encerrado y conectándome con mis amigos. A los cuatro días, el equipo de Velvet me pidió que lo hiciéramos desde su plataforma y el resto es historia. Me gustaría que mi programa y el de Angélica generaran una plataforma audiovisual nueva, digo nueva porque no sabemos cuánto durará la cuarentena, y esto es una nueva forma de comunicar, de hacer nuevos equipos, nuevos nexos de lenguaje. Yo estudié comunicación y esto es parte de la tendencia actual ya que se genera una linda interacción con el público. Eso me fascina.
–¿Cómo ha sido compartir espacio con Angélica?
–Tengo puras cosas buenas que decir de ella porque la conozco desde hace mucho tiempo. Más allá de la tremenda comunicadora, es una mujer de una nobleza transparente. Me tocó cruzar la Patagonia con ella el año pasado durante cinco días, trabajando; es propositiva y muy profesional. No me extraña el éxito que tiene con “Velvet al Desayuno” porque la audiencia la premia por lo natural que es. Nosotros dos estamos bajo el alero de Velvet pero somos súper distintos; eso me gusta y me desafía aún más. Me pasa que con ella siento una conexión muy grande desde antes que se casara con Cristián, él también es una tremenda persona. Con Angélica uno puede compartir secretos, pasarla bien y ser amigos. Ella tuvo la gentileza de estar en mi programa al comienzo, cuando todavía no teníamos mucha figuración mediática. Eso se valora mucho. La respeto y la quiero demasiado.
–Angélica, ¿tienes algún otro proyecto televisivo?
–Sí. Vamos a hacer un programa con Cristián (De la Fuente). Debido a esta cuarentena, nos dimos cuenta de que la forma de juntarnos con nuestros amigos cambió; ahora nos vemos de manera virtual, y creemos que es entretenido compartir esas juntas con la gente, transmitir la buena onda. Será los días domingo (a las 22 horas) y, en el primer programa, tendremos una sorpresa internacional. Nuestra idea es que sea un espacio super relajado con grandes invitados; gente que conocemos y que seguimos conociendo afuera (en otros países), por ejemplo. La idea es mezclar invitados nacionales e internacionales. La ventaja de este encierro es que las distancias no existen. Antes, para juntarte con un amigo tenías que via- jar o esperar estar en la misma ciudad; hoy te juntas nomás, ese es el lado positivo. Y descubrimos que, cuando lo hacíamos, era super entretenido y dijimos ‘por qué no compartimos esto con la gente’.
–¿Tienen la esperanza de que volvamos luego a la normalidad anterior a la pandemia?
Jordi: –No sé si vamos a salir pronto de todo esto. Estoy tratando de ser lo más humilde posible, agradecer lo poco que tengo y que me permite ser feliz. Me da susto que este virus siga matando gente, a los más vulnerables. Espero que se genere una vacuna que sea efectiva. Creo que, quienes somos más espirituales, debemos pensar que esto es una revancha del planeta por el daño que le hemos hecho.
Angélica: –Yo veo a este virus como un mensajero, esto es un remezón para todos y nos hace preguntarnos hasta cuándo seguiremos actuando de esta forma contra nuestro planeta. Esto es una advertencia para que paremos, nos detengamos, esto es escuchar a nuestros hijos, al resto.