Revista Velvet | Alimentos quemagrasas: ¿mito o realidad?
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Alimentos quemagrasas: ¿mito o realidad?

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Alimentos quemagrasas: ¿mito o realidad?

POR Sole Hott | 07 enero 2022

Hablar de alimentos quemagrasas llama la atención especialmente de aquellos que buscan ver bajar aquel numerito de la báscula sin la necesidad de mucho esfuerzo o sacrificio.

Lo primero que se debe tener en cuenta es que los alimentos quemagrasas no existen. Esto, porque la grasa no se quema, sino que se oxida. Y, según los expertos, no hay ningún alimento que por sí solo pueda oxidar el tejido adiposo y eliminarlo.

Por otro lado, lo que sí es real es que hay alimentos con un aporta muy bajo de energía, y que favorecen el déficit calórico y por tanto se utiliza el propio tejido adiposo como combustible. Eso sí, destacan que deben ser alimentos que sean ricos en nutrientes esenciales.

Y es que sabemos que para perder grasa es necesario ingerir menos calorías de las que se consumen. Algo que se consigue combinando una dieta adecuada con ejercicio físico que incluya entrenamiento de fuerza. Es más, tener un buen tejido muscular hará que el organismo recurra al tejido graso para generar energía.

Los expertos coinciden en que es mejor olvidarse de estos alimentos “mágicos”, aquellas que incluyen desde el apio al pomelo o el té verde, porque la teoría quemagrasas carece de base científica. Ahora bien, lo que sí es cierto es que algunos alimentos requieren de más energía para digerirse que las calorías que contienen. Sin embargo, aseguran que esto no significa nada más.

Es el concepto el que está mal, no los alimentos

Los supuestos quemagrasas, son los también llamados alimentos con calorías negativas. Este concepto puede generar la confusión de la que estamos hablando, ya que suele entenderse como que el solo hecho de consumirlos puede hacernos perder grasa corporal.

Los expertos explican que alimentarse solo a base de estos productos es inviable. Ya que al consumir solo aquellos alimentos de tan bajo aporte energético, el mismo cuerpo generaría algún mecanismo para no gastar tanto y así no desnutrirse. Es decir, no te ayudará a quemar grasa corporal.

Por lo tanto, el concepto quemagrasas como tal es solo un mito. Si es cierto que existen algunos alimentos cuya carga calórica es tan baja que podrían ayudarnos a bajar de peso, siempre y cuando se consuman dentro de una dieta saludable y baja en calorías, que incluya ejercicios de fuerza en forma regular.

¿Cuáles son estos alimentos con calorías negativas?

El apio

El básicamente el rey de los quemagrasas con solo 16 calorías por cada 100 g. Además contiene fibra y ácido fólico, entre otros nutrientes.

Té Verde

Siempre figura en las listas de alimentos quemagrasas debido a una sustancia llamada EGCG, que dice tener unos efectos moderados en la quema de grasa en aquellas personas que no son consumidores de cafeína habituales. Y si bien su consumo tiene varios efectos beneficiosos para nuestro cuerpo como cardioprotector, antidiabético y  protector del hígado, entre otros, no hace milagros.

Quienes consumen cafeína de forma habitual renuncian a los beneficios de esta sustancia, ya que sus efectos se diluyen progresivamente. Sin embargo, los expertos no recomiendan tomar suplementos de cafeína o de otros supuestos quemagrasas porque su eficacia no está demostrada y no sustituyen una dieta nutricionalmente equilibrada, que es la que hará que te hará peso realmente.

Pomelo

Este cítrico es muy recomendable para la salud debido a su aporte de fibra y vitamina C, entre otros nutrientes, pero no tiene las propiedades para acabar con nuestro tejido adiposo.

Pepino

El pepino tiene apenas 12 calorías por cada 100 g, y en su mayor parte está compuesto por agua. Según una investigación publicada en la revista Nutrients, comer alimentos con un alto contenido en agua y bajo en calorías se asocia a una disminución significativa del peso corporal.

Manzana

Baja en calorías, rica en fibra y con alto porcentaje de agua en su composición. La manzana contiene unas 50 calorías por cada 100 g y en cuanto se empieza a ingerir comienza un proceso digestivo que puede requerir un gasto calórico mayor del que aporta. Sin embargo, su ingesta no tendría sentido por sí sola.

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