La presencia de Charlène y Alberto de Mónaco en la coronación de Carlos III era indiscutible, pero la pareja real quiso lucir tan poco que pasaron casi inadvertidos. Los rumores de crisis en su matrimonio los acompañan desde antes incluso de casarse y en los últimos tiempos estos han vuelto a resurgir con fuerza, por lo que pensar que el príncipe Alberto asistiera solo a la coronación, podría haber dado para mayores rumores.

Esto no quiere decir que Charlène se encuentre en las mejores condiciones para cumplir con la agenda normal de este tipo de acontecimientos, y lo cierto es que en esta ocasión ha podido ser más que evidente.

Según la teoría que han planteado diversos comentaristas y expertos en temas de realeza, se vio a dos Charlenes muy diferentes en los dos días en los que se dejó ver junto a su marido, y esto no pasó inadvertido. Y es que la cuñada de Carolina y Estefanía se pudo ver radiante durante la recepción que se dio en el palacio de Buckingham y que reunió a diversos miembros de las realezas de Europa. Fue un encuentro distendido, en donde la princesa escogió un traje azul con detalles bordados que le quedaba muy bien.

Charlene se mostró llena de energía, miraba al frente y sonreía posando para las cámaras al lado de su marido. Una actitud que hace olvidar el difícil periodo que ha vivido durante los últimos dos años, entre enfermedades y la recuperación que es un proceso que aún continúa.

Te puede interesar

La segunda Charlene apareció el día de la coronación, donde mostró una actitud muy opuesta. “es como si la hubieran cambiado”, dicen los expertos. Y es que Charlene, como solo es princesa y no actriz, no oculta los momentos malos que vive y esto lo hizo evidente porque no tuvo la mejor de las energías. Cabizbaja y apoyada en su marido, como si lo necesitara para caminar, más que por el suelo resbaladizo a causa de la lluvia que cayó aquella mañana.  

“En mi opinión, Charlene aún no tiene la fuerza para largo e intenso día de trabajo”, comentaban los expertos reales en la televisión alemana. “Charlene puede brillar cuando está sana, cuando está de buen humor, así es hermosa”, pero no puede ocultar cuando no se encuentra en su mejor momento. “Solo con mirarla sabes que no se siente bien”.

Y es que al parecer estas distintas energías y actitudes para enfrentar compromisos sociales y de Estado como lo era esta ceremonia, dependen mucho de su proceso de recuperación que todavía no ha terminado.