Fueron meses de quererlos, investigar, preguntar. Hasta que llegué a Nueva York en plena semana de Fashion Week y descubrí que mis orejas eran las únicas sin airpods. Todos andaban con esos audífonos blancos inalámbricos menos yo.
Y como igual a veces todos somos fashion victims, me los compré. Ni siquiera me fijé cuánto costaban. Fui a Macys de la 34, pregunté si me los podían mostrar y me dijeron que no. Así de simple. “No I can’t. Do you want to buy them or not?”. Y dije que yes. Yes!
Y fui feliz escuchando música, hablando por teléfono sin tenerlo en la mano, y escuchando algún que otro podcast.
Eso fue hace tres meses, y resulta que ahora salieron los nuevos. Que son distintos porque tienen unas almohadillas que los hacen aún más cómodos y además pueden anular el ruido ambiente.
“La Cancelación Activa de Ruido en los AirPods Pro usa dos micrófonos combinados con un software innovador para adaptarse continuamente a la anatomía de cada oído y al ajuste de las almohadillas. Esto elimina el ruido ambiental y ofrece una experiencia de cancelación de ruido excepcional y personalizada que le permite al usuario concentrarse en lo que está escuchando, ya sea su canción favorita o una llamada telefónica” dice el comunicado.
Y ahora estoy en una duda existencial. ¿Los necesito?
La respuesta claramente es un sí y el resultado de la experiencia indica que no me equivoqué.