En los últimos años, Adele ha cambiado su estilo de vida de forma drástica. Pero no solo ha sanado un corazón roto y construido una familia, sino también, se ha recuperado de lo que ella llama una alcoholismo borderline.
La cantante, reveló a los fanáticos que asistieron a su residencia en Las Vegas, que ha dejado de beber alcohol, después de haber sido lo que ella asegura una alcohólica bordeline (al límite, en español), en sus 20 años.
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Adele, actuó el sábado en el Colosseum del Caesars Palace y señaló: “Dejé de beber hace unos tres meses y medio. Es aburrido. Es decir, estuve literalmente al borde del alcoholismo durante gran parte de mis 20 años, pero lo echo mucho de menos”.
En octubre, Adele contó a Vogue que durante su primera compra de emergencia durante el encierro compró rosé Whispering Angel y ketchup. “Whispering Angel me convirtió en un perro ladrador”, dijo. “No me hizo susurrar”.
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La cantante, aseguró que su consumo creció durante la pandemia. “Cuando llegué a beberme cuatro botellas de vino antes de las 11 de la mañana. En aquel entonces quería terminar mi disco, pero estaba borracha todo el tiempo“, señaló.
“Siempre he tenido una relación muy estrecha con el alcohol. Siempre me fascinó el alcohol. Es lo que alejaba a mi padre de mí. Así que siempre quise saber qué tenía de bueno“.
Sin embargo, según reveló, pronto se dio cuenta de lo susceptible que la dejaba la bebida ante los medios de comunicación. “Descienden, y descienden, y descienden sobre ti, lo que te vuelve jodidamente loca“.
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Posteriormente, Adele contó a Oprah Winfrey que había dejado de beber tras la muerte de su padre, Mark Evans, del que estaba separada, en mayo de 2021. “Es una buena forma de conocerte a ti misma, beber agua y estar sobria“.