Un día como hoy, hace 25 años atrás, la clásica película de fantasía y comedia familiar, Matilda, veía la luz por primera vez. Basada en la novela homónima del escritor británico Roald Dahl, se transformó en una popular película de la década de 1990. Y contaba con un elenco conformado por Mara Wilson, Danny DeVito, Rhea Perlman, Embeth Davidtz y Pam Ferris.
La historia se centra en Matilda Wormwood. Una niña genio que desarrolla habilidades psicoquinéticas, y las utiliza para tratar con su abusiva y de mala reputación familia, y Agatha Trunchbull, mejor conocida como Tronchatoro, la despiadada, opresiva y tiránica directora de su escuela primaria.
Por su parte, Danny DeVito, interpreta al padre de Matilda. Un irresponsable, frívolo y estafador dueño de una pequeña empresa de automóviles de segunda mano. Pero también fue director y productor de la película. Y, aunque su personaje es un ser humano bastante despreciable y sobre todo un mal padre, DeVito es completamente opuesto a Harry Wormwood.
Medios como Clarín, revelaron una conmovedora historia que deja en evidencia el enorme corazón del actor. Según indican, durante el rodaje de la película, la madre de Mara Wilson fue diagnosticada con cáncer de mama y se vio imposibilitada de hacerse cargo de su hija de la forma en que hubiese querido. Sin embargo, DeVito no permitió que eso afectara a la pequeña actriz, y junto a su esposa Rhea Perlman decidieron “adoptarla”.
Así, durante el tiempo que duró el rodaje se encargaron de ella, haciendo distintas actividades como cine en casa, comer y jugar con ella, compartir entre los descansos y prácticamente la hicieron parte de su familia. Pero, luego de un largo y doloroso proceso, lamentablemente su madre falleció, algo que afectó enormemente la vida de Wilson.
A solo cuatro meses del estreno de la película, una de las cosas que más preocupaba a la pequeña era que su madre no pudiese ver el resultado final de Matilda, ya que se trataba de una adaptación de un libro que ambas amaban. Sin embargo, ella no contaba la tremenda bondad de Danny, quien días antes de su fallecimiento la visitó en el hospital para mostrarle el primer corte sin editar. Convirtiéndola así en la primera persona fuera del equipo en ver la película. Un gesto humano que trasciende y que es prueba de que la realidad muchas veces supera la ficción.