Así lo recordaba esta mañana el mismo artista neoyorquino en sus redes sociales, donde compartió un extracto de lo que fue el mediático evento que congregó a más de 4 mil personas que se desnudaron y expusieron al frío para inmortalizar la polémica foto.
“El próximo año se cumplirán 20 años desde mi instalación artística en Chile. Es un honor ser parte de la historia de ustedes”, escribió el fotógrafo. Además de citar lo publicado por el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) que también hizo memoria de la hazaña.
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En pleno invierno, una fría mañana del 30 de junio de 2002, miles de jóvenes y adultos chilenos se sacaron la ropa voluntariamente para correr, gritar, y cantar el himno. Posaron para el lente del reconocido artista para -según relataban los asistentes- celebrar la libertad y el destape, que parecía haberles sido negado por muchos años; sobre todo en un país conservador y en tiempos de menor apertura.
El desnudo masivo quedó marcado en la historia del país y provocó gran revuelo mediático, por años se ha recordado la fecha como un hito inédito que jamás ha logrado ser igualado. La performance colectiva ha sido portada de innumerables publicaciones y libros, fue expuesta en la 25ª Bienal de Sâo Paulo y presentada en el MAC Parque Forestal, entre otros. Hasta el día de hoy la obra sigue cautivando y dando de qué hablar.
En 2012 el Tunick volvió a Chile como turista, tras sentir la necesidad de recorrer las calles santiaguinas para recordar la icónica foto. Respecto a la posibilidad de repetir la instancia, habría mencionado en su momento que no fue una opción por la disponibilidad de recursos necesarios para lograr algo de las mismas dimensiones e impacto.
La globalización ha permitido una gran apertura mental y aceptación respecto al cuerpo, la liberación y el nudismo. Los paradigmas de las redes sociales han motivado a que cada vez exista menos pudor. El mundo ha cambiado y nuestro país también, ¿estaríamos preparados para vivir nuevamente un hito como este en la actualidad?