La tradicional salida a la iglesia del Día de Navidad volvió a convertirse en una vitrina clave para observar los códigos de estilo de la familia real británica. Este 25 de diciembre, Kate Middleton asistió junto al príncipe William y sus hijos, George, Charlotte y Louis, a la cita anual en Sandringham.
A sus 43 años, la princesa de Gales optó por una fórmula que ya es parte de su sello personal: recurrir a piezas conocidas, bien construidas y con historia propia dentro de su clóset. Lejos de estrenar por estrenar, Kate apostó por un abrigo a medida de Blaze Milano, una prenda que ha usado en varias ocasiones durante 2025 y que volvió a funcionar como eje del look navideño.
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El diseño elegido destacó por su color, una elección estratégica que dialogó de forma sutil con el código cromático del día. Por un lado, armonizó con el café que lució la princesa Charlotte. Y por otro lado, se alineó con el rojo que predominó en los looks de la reina Camilla y otros miembros de la familia real.
El conjunto se completó con una bufanda estampada y un sombrero de Juliette Botterill Millinery, una firma que se suma por primera vez al repertorio de accesorios de Kate. Un detalle menor en apariencia, pero significativo en términos de construcción de imagen: la princesa sigue ampliando su guardarropa con piezas artesanales y marcas especializadas, reforzando una estética coherente y reconocible.
Desde su matrimonio con el príncipe William en 2011, Kate ha construido una narrativa visual sólida, especialmente en fechas clave como la Navidad. Ya sea en banquetes de Estado en el Castillo de Windsor o en actividades al aire libre junto a niños y familias.
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